En la Cámara Argentina de Inmobiliarias Rurales dan cuenta de un “fuerte impacto de la sequía en la actividad inmobiliaria rural”.
Fundamentan tal cosa cuando dan a conocer el primer índice de actividad sectorial del año, que reflejó una caída del 15,75% en relación a diciembre, y se ubicó en uno de los peores niveles desde el piso de fines de 2019 y comienzos de 2020.
Según la entidad, el valor de enero estuvo afectado por la estacionalidad estival, habitual durante este período, pero a eso se sumó que la fuerte sequía en casi todo el país continuó impactando directamente en la actividad.
Además, ponderan, “la situación política y económica sigue sin un rumbo claro, lo que incide directamente en la toma de decisiones al momento de vender o comprar un campo”.