Fabio Páez tiene 54 años y es un apasionado de las máquinas. Vive en Tolhuin, un pueblo de 7 mil habitantes ubicado en Tierra del Fuego: “Es una localidad muy productiva que se dedica fundamentalmente a la explotación de madera, de turba y a la ganadería”, contó en entrevista con Agrofy News.
Comenzó arriba de pisadoras de nieve y luego con maquinaria vial, durante 30 años. Con el tiempo comenzó a interesarse por la turba, un fertilizante natural exclusivo de la zona que se utiliza para mejorar suelos. Empezó trabajando solo con una pala y un cuatriciclo hasta que, años después, pudo completar toda su maquinaria y hoy tiene su propia empresa.
Innovación al servicio de la turba
El proceso de explotación de la turba al inicio era muy rudimentario. “La turba es como un pantano, un musgo, es blando para caminar arriba. Lo que primero se usaba para explotar eran los cuatriciclos. Se hacían líneas a pala, se cosechaban unos panes de 30×30 cm, se ponían al costado de la zanja, se dejaban secar, luego con un carrito se pasaban a retirar y se sacaban afuera a un playón para luego procesarlos”, contó Fabio.
“Después se implementó una máquina que se fabricó en Tres Arroyos que es un chupador, una gran aspiradora que va atrás de un tractor entonces vas levantando la turba seca”, agregó.
Con su experiencia previa, hace dos años Fabio decidió idear su propia maquinaria para cosecha y extracción, adaptando el pisanieves para poder utilizarlo en la turba: “Hicimos la prueba y funcionó muy bien. La máquina lleva una fresa que va girando, hace un molido de 10 o 15 cm, se deja secar de un día para el otro, luego con la pala de la máquina se junta. La ventaja es que lo podés empujar hacia una zona que vos dispongas para acumularlo todo y cargarlo en un camión”.
A su vez, creó unas máquinas para la molienda y embolsado: “Todo esto es muy nuevo. Trabajé con la nueva maquinaria a fines de la temporada pasada. Imagino que mucha gente va a querer implementarla. Es mucho más cómodo, más práctico, se obtienen mejores volúmenes, no estropeás el turbal, es menos contaminante. Antes había que andar con pallets o secaderos arriba del turbal. Era más engorrosa toda la explotación y más lenta”, explicó.
Turba, un recurso con mucho potencial
La turba es originaria de Tierra del Fuego, sin embargo no se utiliza mucho en esa zona: “Yo la uso para enriquecer la tierra negra pero su aplicación es más común en el norte, de Río Gallegos para arriba, para lo que es viveros, plantines, para fabricar sustratos para tomates, morrón, tabaco, cítricos”.
Hay turberas también en otros países como Eslovenia, Países Bajos y Canadá y sus usos son muchos más amplios: “La turba tiene dos o tres calidades según la profundidad. La parte de arriba se usa como absorbente para el petróleo. Se usa para los hongos, para el champiñón, para ponerlo un poco más blanco. Además, al ser como una esponja molida, absorbe la humedad de la tierra y la va soltando despacio, permitiendo que quede más suelta, lo que ayuda al desarrollo de las plantas”, contó.
“También en Inglaterra se utiliza para uno de los procesos del whisky, para su destilado. En los países del norte de Europa se implementa para calefaccionar, se arma como una briqueta de carbón y se usa para estufas”, agregó.
A un paso de la expansión
Turba Patagonia Sur es el nombre de la empresa que dirige Fabio. Tiene cinco empleados que trabajan con él hace muchos años y contó que actualmente se dedican a la extracción del producto para consumo local.
Hace poco armaron una planta de molido y embolsado de turba y se encuentran a la espera de la habilitación para poder salir al mercado: “La idea en el futuro es poder sacar la producción hacia otras provincias y a otros países. Estamos haciendo el trámite en el SENASA pero se retrasó por la pandemia, hace 2 años que venimos con esto y estamos a punto de conseguirlo”.
Consultado acerca de cómo es el ciclo productivo de la turba, el emprendedor contó: “Para poder trabajarla hay que aprovechar las condiciones climáticas. En invierno no se puede porque el turbal se escarcha, queda cubierto de nieve y cuando se hace una capa de hielo no se puede explotar más. Se explota desde octubre a abril o mayo”.
La producción estimada para este año a partir de la adquisición de la máquina es de unos 4 mil o 5 mil metros cúbicos. “La máquina funcionó muy bien así que podría ser más”, adelantó.
Una oportunidad para las economías locales
La turba enriquece los suelos y disminuye el uso de insumos químicos. «La isla de Tierra del Fuego es un 70% turbera, se explota con un plan ambiental a través de legislaciones. Además no se explota de forma definitiva, se deja el 10% de esporas para que vuelva a nacer con el tiempo», explica Fabio sobre el proceso productivo.
En el país se viene utilizando hace mucho tiempo, lo que pasa es que como Tierra del Fuego no tiene la producción necesaria para abastecer el país, la turba se trae de afuera: “Es algo que tenemos acá así que está bueno incentivar y desarrollar el producto. Antes no teníamos los medios, la maquinaria y era difícil poder competir. Ahora que estamos innovando con estas maquinarias que dan otras producciones, la idea es aprovisionar a la Argentina desde Tierra del Fuego, que es la única provincia que tiene este producto y prácticamente se usa en todo el país”.
“La idea es poder desarrollar las economías regionales. Acá hay muchas turberas, varios colegas hacen lo mismo. Todos aportamos lo nuestro. Yo traje la maquinaria, otros han desarrollado otras cosas. Es todo a prueba y error. Lo que funciona se aplica”, concluyó.