Los que pueden se enfocan en la cosecha de soja, que fue fuertemente castigada por las escasas precipitaciones estivales. El razonamiento abre el últo informe de la Bolsa de Cereales donde dan cuenta del escenario de coyuntura agrícola provincial. Complementan con que al mismo tiempo, los productores monitorean el comportamiento de las lluvias, ya que existe una relación entre las perspectivas de rendimiento del trigo y las reservas hídricas en el perfil edáfico al momento de la siembra.
Entre febrero y mayo existe tradicionalmente una recarga hídrica importante, ya que la precipitación promedio acumulada en estos meses se sitúa en 450 milímetros (mm) y, para alcanzar un promedio de 3.200 kilos de hectárea(bajo la condición de un paquete tecnológico medio y si no surgen problemas severos de enfermedades fúngicas se requiere un mínimo de acumulado de 330 mm.
«Del 01 de febrero al 20 de abril la lluvia promedio acumulada en la región fue de 225 mm, si bien hubo un interesante aporte en el mes de marzo, lamentablemente las tendencias indican que el mes de abril cerrará con valores inferiores a las normales», destacó en su reporte, mientras que, mediante una figura, detalló en orden descendente la precipitación promedio acumulada en cada departamento juntos con los valores extremos registrados.
«En ningún departamento la lluvia promedio acumulada ha llegado al valor de 330 mm» resaltan mientras consideran que el departamento mejor perfilado es Concordia, con promedio cercano a los 300 mm, pero se detectan sectores con valores mínimos de 210 mm y máximos de 375 mm.
Los mayores registros se encuentran hacia el centro Norte con un valor medio de 250 mm, mientras que el centro Sur (donde se concentra normalmente el 75 % del área implantada con trigo) posee una media de 210 mm. En este sentido, el peor escenario se presenta en los departamentos Diamante, Gualeguay y Gualeguaychú que el año pasado abarcaron 153.200 ha, es decir el 27 % del total cultivado.