Los posibles 25 millones de toneladas que se esperan producir marcarían la menor cosecha desde la campaña 1999/20. Esto llevaría a las exportaciones a caer un 30% en relación con el año pasado, y a perder el liderazgo en nuestro principal mercado.
La soja es la principal oleaginosa sembrada en Argentina, concentrando una participación en torno al 90% del área total de los principales cultivos de esta variedad (soja, girasol, colza, lino y maní).
Desde la década del ?90, la soja venía siendo el principal grano en la producción nacional de forma indiscutida. Sin embargo, en los últimos años la soja ha sido destronada del primer puesto: en el pasado reciente se viene observando una progresiva caída en el área destinada al cultivo, siendo sustituido principalmente por el maíz, pasando este último a ocupar la primera posición en producción desde la 2019/20. Esta tendencia se repetirá en la campaña actual, aunque con niveles de producción inferiores al promedio de las últimas campañas debido a la grave sequía (35 Mt de maíz vs 25 Mt de soja proyectadas en la 22/23 según estimación GEA-BCR del mes de marzo 2023, actualizadas en base a sus informes semanales de zona núcleo).
En la actual campaña, se estima que se sembraron 16 millones de hectáreas de soja, ubicándose apenas unas 100.000 hectáreas por debajo de la campaña anterior. La oleaginosa se mantiene como el principal cultivo en área sembrada en el país, aunque mostrando una caída ininterrumpida en las últimas 7 campañas desde del récord de las 20,3 Mha que se sembraron en la 2014/15. El área destinada al cultivo en la 2022/23 representa la menor área sembrada con la oleaginosa desde la 2005/06.
En términos de producción, los 25 millones de toneladas que se esperan producir en la campaña representan una caída del 40% en relación con la campaña pasada, y la mitad de lo que se produjo en promedio en los últimos 10 años (50 millones de toneladas). Así, Argentina cerrará su peor campaña productiva en 23 años, ya que hay que remontarse a la campaña 1999/20 para encontrar una producción más baja.
El principal complejo exportador en crisis, ¿quién aportará los dólares este año?
El complejo soja es desde hace tiempo el principal generador de divisas en la economía argentina. La participación del complejo en las exportaciones totales nacionales de bienes alcanzó en el año 2016 un máximo histórico, con el 33% del total exportador; es decir, en dicho año el complejo soja generó 1 de cada US$ 3 en exportaciones del país. A partir de entonces, la participación del sector ha fluctuado, dependiendo de las cosechas y de los precios internacionales, representando en el año 2022 un 28% del total.
En el último año, el complejo sojero generó exportaciones por un total de US$ 24.868 millones de dólares, lo que marcó un récord absoluto en valor exportado para el mismo. Incidió en este registro las medidas implementadas por el Gobierno Nacional (Dólar Soja I y II) La harina de soja es por lejos el principal producto exportado dentro del complejo y el de mayor relevancia en materia de exportaciones de bienes en el país; de hecho, su aporte por sí solo es superior a todos los otros complejos exportadores individualmente. Tan solo en harina de soja se exportaron US$ 12.041 millones de dólares en 2022, un 14% del total nacional en bienes.
En 2023, producto de la fuerte caída en la producción que generará una merma en los volúmenes de molienda y en el saldo exportable en la campaña, se espera un severo ajuste en las exportaciones del complejo. En total, según nuestras estimaciones las exportaciones del complejo soja podrían ubicarse en torno a las US$ 17.568 millones de dólares, lo que significaría una caída del 30% en relación con 2022, rondando los US$ 7.300 millones de dólares.
Las exportaciones de poroto de soja son las que mayor caída concentrarían en términos porcentuales (-50% a/a), producto de dos factores: a) el bajo volumen de producción será mayormente encausado a la industria este año, y b) los márgenes actuales favorecen la exportación de productos industrializados más que los despachos al exterior de poroto sin procesar. Las exportaciones de aceite podrían caer hasta un 40% producto de la caída en volúmenes y a los menores precios de exportación actuales. Por el lado de la harina y los subproductos, la caída de las exportaciones en U$S estaría en el orden de los 18%, proyectándose una merma en exportaciones de biodiesel del 28% entre años.
Pérdida de mercados: Argentina cedería su posición dominante en el mercado de harina de soja por primera vez en 25 años
Otra de las aristas negativas de la seca es la pérdida de participación en los mercados de aceite y harina de soja a nivel global. Tal como se analiza con profundidad en este artículo, Argentina perdería su posición cómo primer exportador mundial de harina de soja en la campaña 2022/23, su principal mercado de exportación y uno de los pocos nichos que el país domina en las cadenas globales de suministro.
Argentina alcanzó un éxito notable en el desarrollo de su complejo industrial oleaginoso a partir de la década del noventa, evolución que se fue solidificando con el correr de los años y registró notorios saltos en su capacidad de procesamiento en distintas oportunidades al compás de los crecientes requerimientos de la demanda internacional. Así, logró consolidar una posición dominante en los mercados de aceite y harina de soja durante más de 25 años.
Para analizar la importancia que reviste el contar con un complejo aceitero con perfil exportador como el que tiene Argentina, se recomienda esta lectura.
No solo la seca se enumera entre las causas de esta problemática; las cambiantes políticas comerciales externas han desalentado en los últimos años el cultivo de soja en nuestro país, y junto con las limitaciones lógicas a las importaciones desde los países vecinos, han coadyuvado a que la industria local conviva con una importante capacidad ociosa.
Argentina perdió 30 puntos porcentuales en share de mercado en el mercado mundial de aceite de soja en los últimos 15 años, habiendo tocado un máximo del 60% en la campaña 2006/07; se espera que en la campaña 2022/23 nuestro país represente el 30% del comercio global de este producto, con 3,5 millones de toneladas a exportar (estimación BCR). Esta es la menor participación que ostentará en el mercado mundial de este producto desde la campaña 1994/95.
En el caso de la harina de soja, según estimaciones propias, Argentina estaría exportando cerca de 20 millones de toneladas en la campaña 2022/23, un 29% del comercio global, ubicándose por debajo de Brasil según nuestras proyecciones por primera vez desde la campaña 1997/98.
Por Francisco Rubies – Javier Treboux – Julio Calzada