El rinde promedio de girasol en el centro norte santafesino encontró un piso durante la campaña 2022/23 y la producción regional resultó un 30,2% inferior a la anterior, según el último reporte del Sistema de Estimaciones Agrícolas (SEA) que difunde la Bolsa de Comercio de Santa Fe.
El sondeo semanal dio por concluida la trilla de la oleaginosa en los 12 departamentos que se monitorean (San Martín, San Jerónimo, La Capital, Las Colonias, Castellanos, San Cristóbal, San Justo, Garay, San Javier, General Obligado, Vera y 9 de Julio) con un rendimiento medio de 15,1 qq/ha, el menor desde que se lleva registro (ciclo 2010/11). Hasta el momento, la cifra más baja había sido de 18,5 qq/ha en las campañas 2016/17 y 2020/21.
A su vez, en el detalle de rendimientos departamentales, se observa que los más perjudicados fueron Castellanos y La Capital, con 13,5 qq/ha; mientras la mejor performance la tuvo General Obligado con 16 qq/ha.
El efecto negativo de la sequía se confirma al advertir que la superficie implantada, de 121.700 ha, fue la segunda más alta, debajo de las 123.100 del ciclo 2018/19. Incluso no hubo gran cantidad de lotes perdidos, ya que se trillaron 121.450 ha. Pero el recorte de 24,5% de rendimiento respecto de los 20 qq/ha promedio del ciclo anterior, determinó una producción de 183.375 tn. «El resultado obtenido fue 23.188 tn menor que la campaña 2021/22 o sea, un 30,2% inferior», precisa el informe.
«El período de recolección de la oleaginosa fue lento, se extendió durante 2 meses y medio más, debido a la prolongación de la etapa de siembra, como consecuencia de la falta de humedad en los perfiles de los suelos», detalló el SEA. Y añadió que el ataque de cotorras y palomas ha sido el «común denominador campaña tras campaña».
Maíz Temprano
Por otra parte, durante la semana se avanzó lentamente en el proceso de cosecha del maíz de primera, interrumpido por las inclemencias climáticas en el comienzo de la misma.
«El grado de avance logrado hasta la fecha fue del 30 %, con un progreso intersemanal de 5 puntos y un retraso 10, en comparación con la campaña pasada», detalla el informe.
«Los resultados obtenidos no variaron, continuaron siendo muy bajos a bajos, en particular en los departamentos del norte y centro del área de estudio, porque fue donde progresó la recolección».
Así, el rendimiento promedio en general, alcanzó mínimos entre 5 – 7 – 9 qq/ha, medios de 24 – 26 – 30 qq/ha, con máximos de 46 – 48 – 50 qq/ha, pero algunos maizales llegaron a los 60 qq/ha, «siempre en lotes puntuales y aislados».
Por estos motivos, para el SEA «se está ante una mala cosecha del maíz temprano».
A igual fecha del año pasado, la trilla del cereal mostraba rendimientos mínimos de 7 a 12 qq/ha en los departamentos del norte, y los máximos puntuales alcanzaban 75 qq/ha en San Martín y San Jerónimo.
Vale decir, que si bien la superficie implantada no tuvo una variación considerable (se sembraron 86.900 ha, apenas 1.100 menos que las 88.000 del ciclo anterior), a medida que progresaba la campaña se informó de gran cantidad de lotes que interrumpieron el ciclo, sea para picar o enrollar la planta entera o bien para dar lugar a otro cultivo. Por lo tanto, es de esperar un recorte de superficie total a trillar.
Algodón
El algodón avanzó en su ciclo bajo condiciones que no fueron normales, las más adecuadas u óptimas para el desarrollo y crecimiento. La falta de agua, como así también los elevados registros térmicos condicionaron el crecimiento de las plantas y provocaron un retraso en la evolución de las distintas etapas fenológicas.
Temporalmente mostraron algunas mejorías por las precipitaciones ocurridas, pero siempre los más beneficiados resultaron los lotes que se encontraban en floración o en inicio de formación de cápsulas. También dependieron de las fechas de siembra y de la localización geográfica de cada parcela
Soja Temprana
En un alto porcentaje, los cultivares de soja temprana se encontraron en diferentes estadios reproductivos y como consecuencia de los eventos climáticos del mes de febrero, evidenciaron variados grados de reacciones favorables, donde cada mm de agua caída, sería fundamental para los rendimientos futuros.
La realidad de los sojales continuó siendo muy dispar, detectándose un abanico muy grande de combinaciones de varios aspectos, tales como: localización geográfica del predio, fecha de siembra o grupo de madurez, por lo que sus condiciones se modificaron en gran proporción en función de los mismos y sus posibles manejos