Comenzó así el trabajo sobre una agenda conjunta de mediano y largo plazo para el desarrollo del agro y la economía argentina.
«Nos tenemos que animar a hacer las cosas distintas», afirmó Germán Paats, presidente de la Fundación Barbechando, en la apertura del Primer Congreso de Políticas Públicas para la AgroBioIndustria, que tuvo lugar este martes de 27 de junio en la Bolsa de Cereales de Buenos Aires con la participación de más de 270 invitados, entre los que destacaron diputados y senadores nacionales, empresarios, productores y referentes de las instituciones del agro, junto a invitados internacionales.
«Si trabajamos en conjunto podemos generar las herramientas para que Ezeiza sea la puerta de entrada y no de salida», completó Paats al inicio de la jornada, en la que luego se analizaron casos de éxito en el desarrollo de la AgroBioIndustria y tuvo un espacio de diálogo con los legisladores nacionales y funcionarios presentes.
El objetivo del encuentro, que de ahora en más se llevará a cabo cada 2 años en etapas electorales, fue buscar una instancia de consenso entre el campo y la política para el trabajo sobre una agenda de mediano y largo plazo que permita poner en marcha los motores productivos de la Argentina, en base una visión distinta de país. «Un país sin CONTRAS», fue la convocatoria.
Por su parte, el titular de la Bolsa de Cereales, José Martins, llamó a «convencer a los políticos que este sector es parte de la solución».
Entre una veintena de legisladores, se destacó la presencia de Marcelo Casaretto, Carlos Selva y Clara Vega (oficialismo); Alfredo de Angeli, Ricardo López Murphy y Fabio Quetglas (Juntos por el Cambio).
Como parte de la actividad, la Fundación Barbechando -de carácter apartidario- presentó su propuesta «IDEAS A+47», un documento abierto a comentarios de nuevas ideas de políticos y referentes del agro, donde se esbozaron líneas de trabajo en áreas claves para el despegue económico, social y territorial de la Argentina y sus 47 millones de habitantes.
La exposición estuvo a cargo de Marcelo Elizondo, consultor y especialista en negocios internacionales; Germán Paats, titular de la Fundación y economista; y Manuel Chiappe, Director General de Barbechando e Ingeniero Ambiental.
En esa presentación, Paats resaltó la importancia del desarrollo federal y que la Argentina «tiene un techo altísimo» para crecer». «Las exportaciones se pueden multiplicar por 4», remarcó, y sostuvo que la AgroBioIndustria puede aumentar en 2 millones los puestos laborales, aunque para ello también es necesario activar los 4 motores: economía del conocimiento, minería, energía y turismo.
También se presentaron los casos de Brasil, Australia y la provincia de Córdoba, como ejemplos de éxito. Para analizarlos expusieron Nilson Leitao, presidente del Instituto Pensar Agropecuária de Brasil; Alceu Moreira, diputado; y Pedro Lupion, también diputado y presidente del Frente Parlamentario Agropecuario brasileño, quienes plantearon la importancia de que las instituciones del agro trabajen junto a los parlamentarios en metas comunes para el fortalecimiento de la actividad.
Los referentes brasileños explicaron la importancia decisiva del grupo parlamentario agropecuario en el trabajo legislativo, por su nivel de representación, y el respaldo del Instituto Pensar Agropecuaria para el análisis de los proyectos. Por el caso de Australia, habló la exministra de Agricultura, Joanna Hewitt, quien detalló los cambios de las últimas 5 décadas en ese país que favorecieron la actividad productiva.
La importancia de la relación público-privada fue resaltada por dos funcionarios de la provincia de Córdoba: el Ministro de Agricultura y Ganadería, Sergio Busso y la Secretaria de Ganadería, Catalina Boetto. Busso recomendó apoyar la producción y la estabilidad. «Si no respetamos las instituciones, no hay país posible», afirmó.
El panel culminó con la firma del convenio de cooperación mutua entre los presidentes de la Fundación Barbechando y el Instituto Pensar Agropecuaria de Brasil que simbolizó el inicio formal del trabajo -ya en marcha- de lograr consensos entre agro y política, que establezcan una agenda de desafíos y objetivos de la AgroBioIndustria, la cual, mediante políticas públicas, promueva el crecimiento económico y desarrollo de las regiones y ciudadanos de ambos países.