Si bien pasó la sequía y el sector pecuario salió de tantas presiones por algunas medidas inmediatas del nuevo gobierno, el consumo de carne vacuna sigue bajando e inicia este segundo semestre del año con guarismos cercanos para el mercado interno a los 44 kilos por habitante por año
Al dato hay que sumarle que el stock ganadero de nuestro país caerá por tercer año consecutivo y la producción de terneras estará por el orden de los 14,5 millones, con una faena de 13,7 millones de cabezas. Es decir; es probable que se rompa con el equilibrio para sostener el rodeo y se disparen una serie de consecuencias.
Este análisis forma parte de la Mesa de Ganados y Carnes, que viene reclamando por una reforma laboral, otra en el impuesto a las ganancias y determinadas medidas que están en agenda pero que no se concretan. Por ahora, los actores del segmento siguen afirmando que hay una tensión muy grande en todas las cadenas porque el mercado interno está muy deprimido y los mercados externos -que están empezando a repuntar- nos dejan en una situación vulnerable frente a Brasil y Uruguay por un política impositiva y de costos muy diferentes.
“La realidad es que los productores siguen surfeando en una ola que no les permitir decidirse a invertir porque no saben sobre la durabilidad de las políticas”, remarcó Dardo Chiesa desde la Mesa Nacional de las Carnes, agregando que Argentina necesita producir más para abandonar el estancamiento de las 3 millones de toneladas que generamos -como crecimiento- desde la década del 80.
El funcionario afirma que aún se ha avanzado muy poco en ganadería bovina y alertó que la quita del peso mínimo de faena a partir del 2026 puede ser una medida controversial pero se encuadra dentro de los reclamos del segmento pecuario y el concepto de producir con libertad, sin la necesidad de que se transforme en un cheque en blanco. En este punto, recordó las ventas del denominado “Ternero Bombón” de los días viernes en el viejo Mercado de Liniers, el cual rompía todos los récords en base al valor que se pagaba. “Eran otros tiempos y no sé si hoy el mercado está como para alcanzar estos valores. La realidad son los precios que se vienen para atrás porque no se puede colocar toda la carne que sale”, expresó Chiesa.
Medidas
A su tiempo, habló de la trazabilidad vacuna y la caravana electrónica, resaltando que los errores se dan cuando se intentan implementar normativas abruptas e inmediatas; cuando deberían ser de forma paulatina como se ha hecho en otras regiones del mundo. “Uruguay demoró 3 años en tener una trazabilidad individual obligatoria por ley. Es imposible instrumentarlo de la forma que se buscó en Argentina”, subrayó.
Respecto al levantamiento de la barrera sanitaria patagónica, los referentes de la cadena vacuna indicaron como comprensible que la gente del Sur defienda su mercado (libre de aftosa sin vacunación) y remarque los riesgos sanitarios del Norte. “Hay un montón de argumentos para seguir con la medida o dar marcha atrás. Más allá de las consecuencias internas o externas, consideramos que un gobierno decidido no puede hacer prórrogas constantes, porque esto evidencia una muy mala señal al mundo”.
Según la Mesa de las Carnes, el productor todavía no cree en lo que está pasando o las transformaciones que se vienen impulsando, porque aparecen después de 50 años de mentiras. “Hoy los empresarios, ven con preocupación otros puntos también. El saldo técnico de IVA de inversión es una limitante, ya que un galpón para pollos vale 300 mil dólares, en cerdos la infraestructura estimada ronda los 10 mil dólares por madre y a este valor hay que sumarle un IVA del 21 %. Lo mismo sucede con todos los insumos para la producción ya que son con IVA. Sin embargo lo producido; pollos, cerdos se venden al 10.5 %. La diferencia no se recupera jamás y si hace falta más producción e inversión, el Estado no debería quedarse con un porcentual del 21, generando un desequilibrio tan amplio”, resumieron expresando que por encima de todos, el campo está estancado y el productor no crece.