En Córdoba, la mejor relación que hay entre el campo y el Gobierno quedó patente el último viernes por la noche, cuando el gobernador, Martín Llaryora, participó de un brindis con periodistas agropecuarios, organización por la Fundación Instituto de Investigación de la Comisión de Enlace de Entidades Agropecuarias (CEEA).
Cabe recordar que, en la provincia mediterránea, la Mesa de Enlace va más allá del puro gremialismo, y conformó una Fundación que se nutre de fondos aportados por la Provincia para diseñar proyectos que beneficien a los productores.
Como ejemplo, presentaron el viernes unas mini destilerías de biodiésel que buscan impulsar para que puedan adoptarlas productores de toda la provincia y el país para autoabastecerse de combustible para sus labores.
En ese marco, Llaryora no desaprovechó la oportunidad y le dio el cierre a 2024 renovando una serie de reclamos sobre los que ha levantado la voz varias veces a lo largo del año: las retenciones y la ley de biocombustibles.
LLARYORA Y LAS CRÍTICAS POR LAS RETENCIONES
“Veo que a otras provincias les dan regalías y a nosotros nos hacen pagar retenciones”, fue, lisa y llana, la crítica que formuló Llaryora al tomar brevemente la palabra en el evento realizado en el hotel Quórum de la capital cordobesa.
Al respecto, aclaró que este reclamo no es por el Gobierno provincial, sino para que ese dinero quede en manos de los productores, que “no lo ponen en las Islas Caimán, lo reinvierten en el campo”.
Por otra parte, al hablar del tema biocombustibles, insistió en que mientras en Brasil el 60% de la producción granaria tiene algún agregado de valor, cifra que crece al 80% en Estados Unidos; en Argentina apenas llega al 20%.
“Estamos en ese número y no tenemos política de biocombustibles”, se quejó. Y enrostró que no se trata de una cuestión ideológica, porque en Brasil y Estados Unidos han gobernado en los últimos años Gobiernos de visiones distintas, pero lo mismo han mantenido políticas de crecimiento en este tema.
En tanto, valoró que en Córdoba se mantenga activo el diálogo entre el campo y el Gobierno, incluyendo la posibilidad de pensar proyectos de manera conjunta, como por ejemplo el Programa de Pavimentación de Caminos Rurales.
“Esto es como el tango: se baila de a dos. Si las instituciones se ponen solo en modo protesta no podemos construir. Y aquí tenemos una mesa de diálogo donde muchos reclamos se convierten en oportunidades”, celebró.
LA MIRADA DEL RURALISMO
Previo a las palabras de Llaryora, fue el turno de autoridades del gremialismo que participaron del encuentro.
Las notas salientes fueron las presencias de la presidenta de la Federación Agraria Argentina (FAA), Andrea Sarnari; y del titular de la Sociedad Rural Argentina (SRA), Nicolás Pino; quienes viajaron especialmente para formar parte del brindis.
Por el lado de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), el representante fue local: el vicepresidente 2°, Javier Rotondo, ex presidente de la Sociedad Rural de Río Cuarto y de la Confederación de Asociaciones Rurales de la Tercera Zona (Cartez).
En tanto, la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro) no mandó dirigentes: ni nacionales ni provinciales.
Rotondo abrió la ronda de discursos haciendo referencia a lo que valoró Llaryora sobre la relación público-privada: “Esto aquí en Córdoba funciona, la imagen de sinergia es real, más allá de la simple tarea gremial”.
En tanto, Pino coincidió en que “ojalá muchas provincias y Mesas de Enlace provinciales copien este ejemplo, porque por acá es el camino”. Además, elogió al gobierno cordobés que “suma y deja que se haga”.
Por último, el ministro de Bioagroindustria, Sergio Busso, opinó que desde Córdoba acompañan a un Gobierno nacional que “por lo menos está fijando reglas previsibles”, pero enfatizó en la necesidad de medidas para “agrandar la torta con mayor producción”, porque “sino todo este esfuerzo puede ser inútil”.
“Ojalá las políticas públicas avancen en incentivar y no en penalizar”, cerró, hablando también de las retenciones.