Los resultados a campo de la última campaña indican que, “La Re-evolución de la genética es hoy” y la cuarta generación de híbridos KWS, están logrando una genética y agronomía superadora en potencial, sanidad y estabilidad.
El maíz es, actualmente, el principal cultivo de Argentina. Esta disrupción productiva está sostenida desde hace varias campañas. Acompañándola, KWS, compañía alemana, especialista en mejoramiento genético y agronomía de maíz, presentó, este año, un nuevo concepto de avance de híbridos para grano y silo: “La Re-evolución de la genética es hoy”.
Esta “re-evolución”, que supera a la propia evolución de KWS y que está asociada a la cuarta generación de híbridos, también nació varios ciclos atrás y con el objetivo de lograr nuevos estándares de calidad de maíz, cubriendo las necesidades de los productores.
El nuevo concepto significó empezar a investigar y desarrollar híbridos ajustados a cada mega-ambiente maicero y a manejos específicos. De esta forma, para el ciclo 2023/24, se presentaron los primeros materiales de la cuarta generación para ambientes de potencial y sanidad: KWS 14-408 VIP3 (potencial), 16-607 VIP3 y 16-959 VIP3 (sanidad).
También, “La Re-evolución de la genética es hoy” fue pensada para complementar las aptitudes productivas que tienen cada uno de los híbridos entre sí y armando equipos de genética y agronomía para los distintos esquemas productivos que plantea el productor, en función de la implementación de tecnología y el destino o uso del cultivo.
“Para armar cada uno de estos equipos, así como para seguir avanzando nuevos híbridos, reconocemos los atributos de nuestra genética en centenares de ambientes y ensayos en los que intervienen múltiples factores agronómicos”, reconoce Santiago Vacca (foto), coordinador de Servicios Agronómicos de KWS, con muchísimos nuevos datos por analizar en este momento, a partir de que ya se cosecharon todos los trabajos de desarrollo de norte a sur del país.
Santiago Vacca, coordinador de Servicios Agronómicos de KWS
A partir de exigir por varios años a la genética y la agronomía de los híbridos a campo, en los que se trabaja con mucha trazabilidad en todo el proceso, desde breeding hasta el posicionamiento de producto, “hoy nos encontramos que estamos superando nuestros propios estándares de calidad en el desarrollo de híbridos maíz”, reconoce el técnico.
Estos estándares superadores de la cuarta generación genética surgen “a partir de un trabajo genético a largo plazo, el cual supo entender las necesidades del productor y la dinámica de la producción argentina, convirtiéndolo en variabilidad genética, que es un activo clave de nuestro programa de mejoramiento”.
En equipo de híbridos
Luego de tres ciclos caracterizados por el evento “La Niña”, la previsión climática para la nueva campaña de maíz indica que será con lluvias normales en gran parte del país. Por tanto, se prevén las implantaciones en fechas de siembras óptimas en cada mega-ambiente maicero.
“La calidad del trabajo genético a largo plazo se pondrá de manifiesto cuando los híbridos lanzamiento muestren sus atributos en las futuras condiciones adecuadas de crecimiento. Entonces, KWS 14-408 VIP3 mostrará su alto potencial en zona núcleo, mientras que KWS 16-607 VIP3 y KWS 16-959 VIP3 expondrán su máxima tolerancia a las enfermedades desafiantes que presenta el norte argentino, como tizón, por ejemplo“, explica Vacca.
Según el técnico, una campaña maicera con lluvias normales también favorecerá armar equipos en cada ambiente, para apoyarse en la versatilidad de la genética y agronomía de KWS y reducir riesgos productivos.
• Equipo de potencial: KWS 14-408 VIP3– KM 3916 VIP3
• Equipo de sanidad: KWS 16-607 VIP3– KWS 16-959 VIP3– KWS 19-120 VIP3
• Equipo de estabilidad: KWS 13-160 VIP3 – KM 4216 VIP3
“La visión de largo plazo, la trazabilidad de todo nuestro proceso de desarrollo como especialistas en mejoramiento genético, más las relaciones de cercanía y confianza con el productor, nos adelanta también que nos seguiremos superando cada campaña con híbridos de punta”, concluye Vacca.