Un nuevo reporte de la Bolsa de Comercio de Rosario revela que junio concluyó seco y julio ha comenzado sin precipitaciones, lo que genera un panorama complicado para la siembra triguera en la región núcleo. Hasta ahora, la siembra ha avanzado un 95%, pero aún quedan 60.000 hectáreas pendientes que dependen de lluvias futuras para ser sembradas.
Los pronósticos para la primera quincena de julio no son alentadores, con mínimas que podrían descender hasta los -7°C durante el fin de semana del 6 y 7 de julio. Según el consultor Elorriaga, las precipitaciones estarán prácticamente ausentes en los próximos días, lo que podría dificultar aún más la siembra del trigo restante.
En localidades como Bombal, en el sur de Santa Fe, aún falta sembrar un 15% del trigo planeado. Los productores han señalado que esperarán hasta el 20 de julio antes de decidir pasar a soja si no hay lluvias. Una situación similar se observa en Pergamino, donde la siembra avanzó un 13% gracias a las lluvias recientes, alcanzando el 85% del total previsto. Sin embargo, finalizar la siembra dependerá de nuevas precipitaciones. En otras áreas del noroeste de Buenos Aires, las lluvias de la semana pasada han permitido progresar con la siembra, mientras que el centro-sur de Santa Fe ya ha completado la siembra de trigo.
El último efecto del fenómeno “El Niño” fue crucial para la siembra de trigo, permitiendo que las fuertes lluvias de marzo y abril superaran en volumen y distribución a las de 2022 y 2023. Sin embargo, la falta de lluvias recientes se está haciendo sentir en la capa superficial del suelo, tanto en las áreas recién sembradas como en las primeras implantaciones que ya están en etapa de macollaje.
A pesar de los desafíos, el agua no es una limitante crítica para el rendimiento potencial del trigo en este momento. Sin embargo, en María Susana señalan que es necesario que lluevan al menos 15 mm entre julio y principios de agosto para asegurar un buen rendimiento. La media histórica de lluvias en julio para la región núcleo varía entre 10 mm en el oeste y 25-30 mm en el este. Las probabilidades de alcanzar estos niveles de precipitación en la primera quincena de julio son bajas.
En localidades como Pergamino, se necesita lluvia para mitigar el efecto de las bajas temperaturas y reponer la humedad del suelo. En Bigand, estiman que, con la reserva de agua actual, un rendimiento potencial de 25 qq/ha es alcanzable. En Marcos Juárez, los productores esperan superar los 35-40 qq/ha, mientras que en Carlos Pellegrini hay expectativas de alcanzar el mayor potencial posible gracias a las reservas y la fertilización realizada.