Trigo. Con la venta de 68.000 toneladas, Rusia dice presente en Brasil

La confirmación de la venta de trigo ruso a Brasil, en el inicio de su ciclo comercial 2020/2021 -comenzó el 1º de julio-, resulta un llamado de atención para quienes usualmente proveen con el grano fino a los molinos brasileños, más allá de la Argentina, que por condiciones de proximidad y por la vigencia del Arancel Externo Común (AEC), que graba con un 10% de tasa al grano originado fuera del Mercosur, continuará siendo el principal abastecedor.

«En total fueron dos envíos, por 33.000 y por 35.000 toneladas. Con ellos, Brasil podría convertirse en uno de los principales destinos para las exportaciones rusas durante julio, primer mes del ciclo comercial 2020/2021», contó a LA NACION desde Moscú Andrey Sizov, director General de la consultora SovEcon.

El especialista explicó que con estas dos ventas casi se iguala el volumen total exportado por Rusia durante el ciclo 2019/2020 a Brasil, que sumó 90.000 toneladas. Y más allá de que inicialmente el cálculo para las ventas hacia el país sudamericano en la nueva campaña estaba proyectado en torno de las 100.000 toneladas, ahora el mercado comienza a reconsiderar un volumen que parece conservador tras el despacho de las 68.000 toneladas en la presente semana.

«Las exportaciones estadounidenses a Brasil podrían sufrir», advirtió Sizov y añadió que las ventas rusas a los molinos brasileños también podrían ser estimuladas si en lugar de los 20 millones de toneladas previstos inicialmente, la cosecha argentina se ubica cerca de los 18 millones de toneladas, como consecuencia del tiempo seco que se registra en algunas zonas productoras.

Vale recordar que Brasil abre en todas las campañas un cupo de 750.000 toneladas para importar trigo sin el AEC desde países ajenos al Mercosur (el correspondientes al ciclo 2019/2020 brasileño fue ampliado en hasta 450.000 toneladas a mediados del mes pasado). Estados Unidos es usualmente el proveedor más beneficiado por dicho cupo sin arancel. Y ese es el marco en el que se vislumbra ahora una posible mayor competencia entre los oferentes del hemisferio norte tras las ventas concretadas por Rusia.

Desde Chicago, Charlie Sernatinger, jefe global de Futuros de Granos de ED&F Man Capital Markets, le restó relevancia a la venta de trigo ruso a Brasil y destacó que la misma respondió a «una cuestión estacional, además, la mayoría de las terminales en el norte de Brasil son propiedad de Bunge, que seguramente optará por usar sus propios elevadores en el Golfo de México para abastecerlas».

Los embarques del trigo ruso fueron hechos por la firma Sodrugestvo que, según afirma en su sitio web, «es actualmente la trituradora de semillas oleaginosas más grande de Europa. Con instalaciones en Rusia, Brasil y en otros países». Y añade que el objetivo de la compañía «es diversificar nuestra presencia geográfica y convertirnos en un operador industrial verdaderamente internacional».

El principal escollo que tiene la producción rusa para llegar hasta Brasil es el costo del flete, pero la posibilidad de que una misma firma optimice su logística con la incorporación del trigo al circuito de buques que por la importación de soja une a ambos países podría abaratar los costos.

Importaciones elevadas

En su reciente informe mensual de estimaciones agrícolas, la Compañía Nacional de Abastecimiento, dependiente del Ministerio de Agricultura de Brasil, elevó de 5,69 a 6,32 millones de toneladas su proyección sobre la cosecha brasileña de trigo 2020/2021 (comienza en septiembre) y la ubicó un 22,7% por encima de los 5,15 millones de la campaña 2019/2020. No obstante, mantuvo en 7,30 millones de toneladas su cálculo sobre las importaciones, que resultan 300.000 toneladas mayores a las del ciclo comercial precedente.

En dicho reporte, el organismo informó que para satisfacer la demanda interna, durante el mes pasado Brasil importó 434.100 toneladas de trigo, de ellas, un 79,6% de origen argentino; un 13,8% de trigo de los Estados Unidos; un 4% de Uruguay, y un 2,5% de Paraguay.

Desde la Argentina, con una cosecha 2020/2021 que se prevé próxima a los 20 millones de toneladas y con un saldo exportable en torno de los 12 millones, se estima que la participación del trigo local en los 7,30 millones de toneladas que Brasil debería importar oscilaría de 5,50 a 6 millones de toneladas.

En rigor, concretar ese volumen objetivo de ventas a Brasil y procurar una mayor presencia entre compradores de África resultará particularmente relevante para la Argentina por el retorno de Australia a la liga de los mayores exportadores de trigo tras casi dos campañas afuera por el impacto de la prolongada sequía que achicó sus cosechas. Según las estimaciones del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés), respecto del ciclo 2019/2020, la cosecha australiana crecería de 15,12 a 26 millones de toneladas y sus ventas externas, de 9,20 a 17,50 millones. De darse estos números, el cereal australiano retomaría su liderazgo en los países del sudeste asiático, con los que la Argentina hizo buenos negocios en estos últimos ciclos comerciales.

Oferta subestimada

Tras ajustar recientemente de 80,90 a 79,70 millones de toneladas su proyección sobre el volumen de la cosecha 2020/2021 de trigo en Rusia, la consultora SovEcon calculó las exportaciones rusas en 36,30 millones.

En su último informe mensual de estimaciones agrícolas publicado el 10 del actual, el USDA pronosticó en 76,50 millones de toneladas la producción rusa de trigo y en 36 millones sus ventas externas.

Según Sizov, la diferencia con el organismo estadounidense responde a que «subestima el área sembrada. Pienso que pronto tendrán que reflejar la superficie más alta y eso los debería conducir a elevar la estimación de cosecha».

Por: Dante Rofi

Fuente: La Nacion