El Gobierno nacional decidió prorrogar un año más el fideicomiso aceitero, un acuerdo que es clave porque subsidia a la industria. A través de la Resolución Conjunta 1/2022 fijó la extensión hasta enero de 2023 con opción de continuidad.
La medida es sostenida ya que, para el Poder Ejecutivo, este fideicomiso permite que los consumidores del mercado interno tengan un precio accesible de aceites.
Por su parte, las empresas del sector celebraron la prórroga porque la herramienta les permite solventar el pago de compensaciones a aquellos productores y proveedores de aceites refinados de soja, girasol o mezclas destinados para consumo en el mercado interno.
El aporte anual será de 190 millones de dólares y el fideicomiso se calculará en base a las Declaraciones Juradas de Venta al Exterior.
La letra chica
Como contrapartida, el convenio fija que el precio base de aceites envasados se ajustará de acuerdo a los porcentajes de aumento permitidos por la Secretaría de Comercio Interior para cada período.
Además, el Gobierno dictó que el volumen de aceites envasados con compensaciones será de 29 millones de litros mensuales, en una proporción mínima de ochenta por ciento de aceite puro de girasol.
Esta condición no es del agrado del sector primario de la producción, ya que entienden que son retenciones encubiertas. Además, se da en un contexto donde el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca negocia para realizar otro fideicomiso para el maíz y el trigo.