En la recta final de la siembra de trigo, un 10% del área podría quedar fuera por falta de agua. Aunque el estado del trigo es bueno en general, productores temen un invierno cálido que pueda impactar en la producción de macollos y penalice rinde.
De esta manera, señalan que la superficie de trigo 2023/24 de la región núcleo podría caer entre un 15 a 23% respecto a la campaña anterior.
La guía estratégica para el Agro de la Bolsa de comercio de Rosario elaboró un informe donde detalla que 100.000 ha podrían quedarse fuera de la siembra por la falta de agua.
El mapa de agua en el suelo de la región núcleo muestra el problema que actualmente tiene la siembra triguera en la región núcleo. En el oeste, sobre todo en el suroeste de la región, hay 100.000 ha que difícilmente puedan sembrarse si no hay nuevas lluvias.
En Sancti Spiritu, al sur de Santa Fe llovieron solo 37 mm en mayo y nada en junio. En el noroeste de Buenos Aires, la siembra está estancada en el 50% y hay pocas expectativas de sumar lotes por la falta de humedad.
Por el otro lado, centro sur y sur-este de Santa Fe, sumaron algunos lotes más a la intención de siembra triguera. Es el caso de Carlos Pellegrini, El Trébol, Rosario y Aldao. En el noreste bonaerense el 95% del trigo ya está implantado. En el sudeste de Córdoba, como en Marcos Juárez, la superficie también se redujo entre un 40 a un 50%, respecto al año pasado.
La superficie de trigo 2023/24 de la región núcleo podría caer entre un 15 a 23% respecto a la campaña anterior.
Pronóstico para la región
El panorama para la siembra de trigo en Argentina es incierto. Los productores empiezan a resignar área de siembra en la franja oeste de la región pampeana ante un invierno que ha empezado con un junio seco.
El mes de junio ha sido particularmente desafiante, con una disminución del 80% en las precipitaciones en la región núcleo. Las temperaturas por encima de lo normal y la alta humedad relativa han sido constantes, mientras que los pronósticos de lluvia han fallado sistemáticamente.
Los productores están preocupados por la limitada reserva hídrica y las marcas térmicas elevadas que podrían penalizar el rinde potencial si no lloviese oportunamente entre fin de agosto y principios de septiembre. «El desarrollo del trigo podría acelerarse, acortando el ciclo y adelantando la demanda hídrica», temen los técnicos. Hacia el este, donde llovió mejor dicen que hasta agosto el agua alcanza, y también puntualizan sobre las temperaturas: «si no hay frío, no hay macollos y el potencial de trigo puede quedar seriamente limitado».