La tormenta dividió la región en dos: el este sembraría entre un 30 a 40% más, pero el oeste entre un 30 a 50% menos. Las lluvias suavizaron el recorte del área triguera: quince días atrás se estimaban un 50% menos, ahora, con un 30% menos, se alcanzarían a cultivar 910.000 ha de trigo.
Semana inestable
Probabilidad de chaparrones con mejoramientos temporarios durante el viernes 3 y el martes 6
“Los pronósticos para el comienzo de junio no plantean sistemas precipitantes significativos. Pero no hay que descartar algún evento atípico”, dice el consultor Elorriaga.
Mayo termina con lluvias importantes y reactiva la intención de siembra triguera en la mitad de la región
Tras el evento de lluvias del 23 al 29 de mayo, casi la mitad este del área núcleo tiene ahora una recarga del 50% o más del agua útil en suelos. Los acumulados fueron claves y posibilitan sumar nuevos lotes a la intención triguera en la franja este. Pero, hacia el oeste las lluvias fueron prácticamente nulas. A principios de mayo, por la falta de agua se proyectaba una caída de siembra del 50%, respecto del ciclo anterior. Ahora, tras las lluvias en el este, la caída se amortigua con un recorte del 30%. La superficie de siembra se ubica por debajo del millón de hectáreas: 910.000 ha. De materializarse, sería la menor siembra de los últimos 7 años.
La región núcleo, al igual que la región pampeana, está partida por la mitad. En el este de la zona núcleo, por primera vez en más de doce meses, se alcanzó el estado óptimo de las reservas de agua en el suelo (para el primer metro). En el oeste faltan 80 mm. En el sudeste de Santa Fe y el noreste bonaerense, los registros mensuales duplican y hasta cuadruplican los valores normales estadísticos. Rosario acumuló 207 mm en mayo; Irigoyen, 171 mm; Pergamino, 160 mm; y Lincoln, 140 mm. En el sudeste de Córdoba los acumulados mensuales no alcanzaron los valores estadísticos. Bell Ville registró 22 mm, Canals 14,5 mm y Hernando acumuló tan solo 1,5 mm en todo el mes.
En la región pampeana, los últimos 15 días de lluvias dejan dos escenarios completamente distintos para el trigo. Elorriaga explica: “en la franja oeste, las secuelas de la sequía se mantienen presentes, las lluvias estuvieron prácticamente ausentes. En Córdoba y La Pampa los acumulados mensuales siquiera alcanzaron los valores estadísticos. Hay un escenario de alto riesgo para las siembras de trigo”.
¿Puede haber un cambio positivo en las condiciones climáticas para el oeste?
Elorriaga responde: “nos acercamos al periodo del año en el que los vientos del sudoeste impulsan el ingreso de aire frío y seco, tendiendo a condiciones más típicas del semestre frío. Al disminuir el ingreso de aire cálido y húmedo, cae el potencial pluvial. De todos modos, en condiciones de neutralidad global y con total dependencia de los mecanismos regionales, puede producirse algún evento atípico, como el de finales de mayo. Un evento así podría compensar la pobre disponibilidad hídrica con que actualmente cuenta el oeste”.
En las localidades de la región núcleo, las lluvias despertaron entusiasmo por el trigo
“Cambió, todos quieren sembrar trigo, pero tampoco se hará más de lo que se puede”, dicen en Rosario tras los 140 mm caídos. “Estamos en una carrera contra reloj, hasta el 15 a 20 de junio hay tiempo de sembrar las variedades que tiene el productor. Ahora necesitamos que no llueva para que el barro no nos retrase”, explican. Respecto al paquete tecnológico dicen: “nadie quiere fertilizar mucho, se cuenta con la fertilidad remanente que deja la sequía. Tal vez se re fertilice después, si el cultivo marcha bien y se consiguen precios y financiaciones que se adecuen a las necesidades del productor. Se apunta a producir 30 qq/ha, estamos lejos de los 40 a 50 quintales de los años anteriores”, dicen.
En Bigand, con 138 mm acumulados, también creció el entusiasmo y las consultas aumentaron. “Estimamos un 40% más de superficie que la campaña pasada”, considerando que el año pasado el área había disminuido fuertemente por la falta de agua. En San Pedro y Baradero coinciden y agregan que gran parte de la superficie, que, en general, destinan a arveja, es muy probable que la vuelquen al cereal de invierno.
Sin embargo, donde llovió menos, la situación y los ánimos son muy diferentes y ven una importante caída en la intención de siembra. Tal es el caso de Carlos Pellegrini (Santa Fe) donde se acumularon alrededor de 80 milímetros en mayo, pero el volumen sigue siendo muy escaso para reponer el perfil. Allí estiman una baja del 50% en la superficie triguera. En Marcos Juárez (Córdoba) esperan un 40% menos y en los alrededores de General Villegas, donde se registraron tan solo 28 milímetros en el mes, esperan que se siembre la mitad que un año atrás.