La cosecha de trigo en Argentina para la campaña 2023/24 se estima en 16,2 millones de toneladas, según las primeras estimaciones realizadas por la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR). Aunque representa un aumento del 40% en comparación con la fatídica cosecha anterior, esta cifra sería la segunda más baja en los últimos ocho años.
Las precipitaciones registradas en la segunda mitad de mayo fueron salvadoras para la siembra del trigo de esta nueva campaña. Lo que inicialmente parecía ser una caída abrupta en el área sembrada entre campañas, ahora se estima que será una disminución cercana al 5%. Con una proyección de siembra de 5,6 millones de hectáreas y expectativas de recuperación en los rendimientos, se espera alcanzar una producción de 16,2 millones de toneladas.
A pesar de la mejora en la producción, esta cifra aún se sitúa como la segunda más baja en los últimos ocho años, excluyendo la última campaña. Esto se debe en gran parte a que el área sembrada en el país será la más pequeña desde la campaña 2017/18. Además, las dudas sobre el paquete tecnológico utilizado en los cultivos y los rendimientos proyectados por debajo de otros registros anteriores del país también contribuyen a esta situación.
Sin embargo, hay buenas noticias en términos de exportaciones. Se estima que Argentina podría exportar alrededor de 9,5 millones de toneladas de trigo durante la campaña 2023/24, lo que representa un aumento del 120% en comparación con la campaña actual. A los precios actuales, estas exportaciones podrían generar ingresos por aproximadamente US$ 2.375 millones.
Es importante tener en cuenta que estas proyecciones están sujetas a varios factores, como la competitividad del trigo argentino en los mercados internacionales, las políticas de comercio exterior y las necesidades del consumo interno. Sin embargo, las perspectivas de producción más débiles en Australia, principal competidor de Argentina en el hemisferio sur, podrían permitir al país aumentar su participación en mercados tradicionalmente atendidos por Australia, como los países del Sudeste Asiático.
Se estima que la demanda para la molienda alcance las 6 millones de toneladas, y este número podría aumentar si el sector molinero mantiene su dinámica positiva actual.
A nivel internacional, el último informe del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (WASDE, por sus siglas en inglés) añadió 10 millones de toneladas más a la producción mundial de trigo. Esto impulsará el crecimiento de los stocks globales por primera vez en cuatro años, ya que la producción superará las necesidades de consumo, llegando a niveles históricos de más de 800 millones de toneladas.
A pesar de la recuperación moderada en la producción de trigo en Argentina, persisten los desafíos para mantener la competitividad y aumentar las exportaciones. Sin embargo, las proyecciones actuales ofrecen un panorama alentador, con el potencial de impulsar la balanza comercial y generar ingresos significativos para el país en la próxima campaña triguera.