A la espera de las oficializaciones sobre quiénes tomarán la posta en el área de agricultura y ganadería en el flamante gobierno de Javier Milei, en el campo los productores ya hacen sus propias lecturas.
La semana pasada Infocampo estuvo en la presentación de Fernando Vilella y su equipo de trabajo, por el cual se aguarda su nombramiento. Este lunes, aún sin su “paso” por el Boletín Oficial, su gestión tuvo el debut menos esperado: el cierre de los registros de exportaciones de granos.
Más allá de estos aspectos en la cadena agroindustrial mantienen el optimismo de cara a lo que vendrá. En ese camino habló Martín Biscaisaque, quien desde hace pocas semanas asumió en la conducción de Argentrigo.
“Me hubiese gustado arrancar esta Presidencia con 20 millones de toneladas de trigo, pero bueno, son 15 millones con optimismo lo que estamos hoy previendo que podamos tener”, señaló en diálogo con La Red Rural (AM 910).
“Hoy los molinos no utilizan el mercado a término. La segregación de trigo, distintas calidades de trigo para agregarle valor, eso también hemos dejado porque con los cupos, ¿quién iba a separar? Si por ahí hacías todo el esfuerzo y no te dejaban exportar. ¿Quién iba a hacer trigos diferenciales?”, se preguntó.
“Esto nos cambia para bien todo el esquema de producción y el valor agregado. Primero hay que arreglar la macroeconomía para ir lanzando todas estas modificaciones porque no es solo enseñarle al productor y al molinero a usar el mercado a término. Esas herramientas deben ser confiables y para eso tenemos que tener políticas que nos hagan confiar en ellos”, sintetizó.
LA SIEMBRA DE TRIGO
Uno de los cultivos que más creció en los últimos tiempos fue la cebada, que habitualmente lo hizo en detrimento de la superficie de trigo. En ese sentido, Biscaisaque expresó que “el trigo fue el producto más castigado en todos estos años”.
Y apeló a un recuerdo: “Me acuerdo de un trabajo de Javier Buján y para convencer a Guillermo Moreno que nos deje exportar trigo desde el sur porque el trigo acá no le servía a los molineros y no podíamos exportarlo. El trigo acá se abandonó. Nosotros tenemos muchísimo para crecer”.
“También cuando vos ves el desarrollo de genética de toda la cadena hacia adelante, que tiene el trigo, la hemos dejado pasar la hemos dejado pasar. Estuvo 20 años dormida y tenemos muchísimo para crecer, muchísimo para darle y lo que veo es muchas ganas, muchas ganas”, remarcó.
¿LEY DE SEMILLAS?
Uno de los puntos que introdujo Vilella en su alocución de hace una semana atrás tuvo que ver justamente con el retorno del debate acerca de la Ley de Semillas que piden los semilleros, una garantía de respaldo a la investigación genética que asegure la rentabilidad.
El tema no es sencillo en el mundo del agro: son varios los sectores de productores que se anteponen a la idea y piden que también el Estado garantice que se permita el uso de semilla propia, sin pagar licencias.
En ese punto, Biscaisaque señaló: “Me pongo como productor, y digo que a nosotros no nos vale la resiliencia. Para nosotros la resiliencia no es un concepto útil. Nosotros tenemos que aprender de lo que hemos vivido y no tenemos que volver al estado original, como sería la resiliencia, tenemos que mejorar”.
“No podemos hacer que una vez que sale el camión me desentiendo, no. Nosotros tenemos que saber qué trigo producimos, qué calidad y buscarle precio, no podemos quedarnos y decir ‘’que le pongan precio’. El productor tiene que tener el trabajo de salir de la tranquera y empezar a buscar esos negocios”, pidió.