“Es muy interesante esto de tener un nitrógeno ‘verde’ y prescindir un poco de lo que es el uso de urea”.
A distancia, a través de un video, Wenceslao Tejerina –uno de los consultores en materia de cultivos más renombrados a nivel nacional, director de Agroestrategia Consultores– dio en el clavo sobre uno de los principales beneficios que tiene la incorporación de productos biológicos para la producción agrícola.
No se trata de eliminar el uso de agroquímicos, que son fundamentales para mantener la productividad y la rentabilidad, pero sí se puede avanzar en ir reemplazando parte de las aplicaciones.
A eso precisamente apuntó Tejerina al formar parte del lanzamiento que la firma Stoller hizo en Río Cuarto de su más novedoso producto: BlueN, un biofertilizante formulado con la particular característica de contar con una bacteria –Methylobacterium symbioticum– capaz de fijar nitrógeno atmosférico y así favorecer la incorporación de este nutriente a la planta.
UNA BACTERIA QUE FIJA EL NITRÓGENO
“BlueN es el fertilizante biológico que más expectativas despierta en el sector, debido a su enorme poder para colonizar la planta y fijar el nitrógeno atmosférico, generando eficiencia en los costos de fertilización”, destacó Rafael Olivella, Product Manager de Stoller Argentina, al encabezar la presentación de este producto junto a Mauricio Casquero, Principal Biologist Biostimulants and Nitrogen Management de Corteva (la firma que se quedó con el control de Stoller a nivel global el año pasado).
Esta novedosa tecnología, de aplicación foliar, brinda un aporte complementario a la fertilización de base, y de manera sincrónica con la demanda de nitrógeno del cultivo.
Otros beneficios que tiene son su alta compatibilidad con otras soluciones, su facilidad de uso por tratarse de una formulación en polvo liviana y la flexibilidad en la aplicación.
La recomendación de dosis es 333 gramos por hectárea, para aplicar entre V4 y V8 en maíz; y entre V4 y R3 en soja. También puede utilizarse en maní, entre R1 y R3.
De acuerdo con los ejecutivos, con esta bacteria se logra aportar entre 25 y 40 kilos de nitrógeno por hectárea al cultivo, cuando con una fuente tradicional –fundamentalmente, urea– se necesitarían entre 100 y 110 kilos, lo que implica por ende una menor huella de carbono.
ENSAYOS CON BUENOS RENDIMIENTOS
Casquero fue el encargado de presentar los diversos ensayos realizados entre 2021 y 2024 para los diversos cultivos en que se aplica BlueN. Al respecto, cabe recordar que durante la última edición de A Todo Trigo, Stoller lo lanzó para aplicarlo en el cereal de invierno.
En el caso del maíz, sobre 130 ensayos realizados en diferentes lugares de Argentina, el 89% tuvo una respuesta positiva, con un aumento promedio del rinde del 9,4%: de 8.000 kilos por hectárea los testigos a 8.770 kilos. Pero el plus de rinde llegó a ser hasta del 12,5%.
En soja, sobre 65 ensayos, fueron positivos 89,5% y el porcentaje de incremento del rendimiento fue similar al maíz: 9,3%, pasando de 3.303 kilos a 3.611.
Un dato extra que dejaron los técnicos: en ambos cultivos, los estudios mostraron que los rendimientos crecen aún más si la aplicación de este biológico se hace de noche.
Luego, Juan Dall’Orso, director de Agroconsultor SA, dijo que en 24 ensayos en maíz que representaron 88 tratamientos diferentes, tuvieron 73% de respuestas mayores a cero –“un número que es alto”, reconoció– y un promedio de rendimiento que se elevó un 3,7%.
En el caso de la soja, señaló que los ensayos que hicieron hasta ahora fueron pocos, pero como primer indicio detectaron que BlueN logra un efecto positivo en planteos de alto rendimiento.
“Con rindes bajos, no hay respuesta. Pero con valores superiores a 5.000 kilos, sí”, mencionó. Concretamente, sobre un valor promedio de 5.164 kilos por hectárea, el aporte de BlueN sumó 258 kilos; es decir, un 5% más.
Por último, Tejerina mencionó que vienen haciendo pruebas con BlueN desde 2016, no solo con maíz, soja y trigo, sino también con alfalfa, que ha mostrado excelente resultados.
Uno de los datos más importantes que exhibió es un ensayo en el que la aplicación de 150 kilogramos de urea por hectárea a la siembra (60% de lo que necesita el cultivo de maíz) y luego de los 333 gramos por hectárea de BlueN entre V6 y V8, determinó un rinde de 7.827 kilos por hectárea, casi el mismo que el logrado incorporando solo 250 kilos de urea en la línea (8.164 kilos).
Por eso, fue allí que sostuvo: “Lo importante es ver que diferentes opciones de aplicación de urea más aporte de Bluen, comprueban que se puede reemplazar parte del químico sin problemas. Es muy interesante esto de tener un nitrógeno verde y prescindir un poco de lo que es el uso de urea”.