- El trigo en el mercado de Chicago cayó en el comienzo de la semana por toma de ganancias luego de tocar máximos de tres meses el viernes pasado ante el impulso dado por la preocupación por las cosechas en Europa y la escalada de las tensiones entre Rusia y Ucrania. Estos factores brindaron soporte a las cotizaciones, limitando la caída.
- Los futuros del maíz se vieron arrastrados por la caída del trigo y cerraron con pérdidas en la rueda de la jornada. El inicio de una cosecha que se espera que sea la segunda mejor de la historia en los Estados Unidos ejerce presión sobre los precios del cereal.
- Los futuros de la oleaginosa iniciaron la semana ajustando con caídas moderadas, contagiados por el escenario bajista entre los principales commodities agrícolas. La presión de la cosecha en los EE.UU. también influye en el comportamiento del mercado de la soja. El USDA publicará una actualización del reporte semanal sobre el estado de los cultivos de maíz y soja y el avance de la cosecha más tarde durante el día de hoy.
Financieros y de capitales
- En la primera rueda de la semana, el dólar blue se vende este lunes a 1.275 pesos en las cuevas del microcentro porteño. En el segmento bursátil, el dólar contado con liquidación se negocia a $1.241; mientras que el dólar MEP opera en $1.213.
- La economía argentina continúa navegando en aguas turbulentas, con la inflación como principal escollo. A pesar de las medidas de ajuste fiscal implementadas por el gobierno, el índice de precios al consumidor sigue mostrando una resistencia notable, especialmente en su componente núcleo. Esta persistencia inflacionaria se explica por una combinación de factores internos y externos que dificultan la convergencia hacia un escenario de estabilidad de precios.
- La brecha cambiaria, es decir, la diferencia entre el tipo de cambio oficial y el paralelo, continúa siendo una fuente de preocupación. A pesar de los controles cambiarios vigentes, la demanda de dólares sigue siendo elevada, lo que ejerce una presión constante sobre las reservas internacionales. La persistencia de un tipo de cambio oficial apreciado podría generar desincentivos a las exportaciones y fomentar las importaciones, lo que a su vez agravaría la situación de las reservas.