Luego de llegar a máximos con el desenlace bélico de la crisis ruso-ucraniana, los precios locales de la soja y el maíz vienen mostrando sucesivas tendencias bajistas. Las mermas de precios se explican en parte por la presión estacional de la cosecha gruesa argentina. Al iniciarse la nueva campaña de maíz en marzo y la de soja en abril, es esperable que los precios muestren bajas en la medida que se vaya cosechando y exportando granos gruesos.
Sin embargo, este año se ha caracterizado por una tendencia bajista especialmente pronunciada para los granos gruesos. Desde los máximos nominales a mediados de marzo, la soja acumula una caída de precios del 25%, tomando los precios CAC en pesos medidos en dólares comprador del BNA. Este panorama diverge sustancialmente de lo sucedido en años anteriores. Entre abril y finales de julio del 2021 y 2020 los precios locales de la soja mostraron subas del 8,8% y 0,3% respectivamente. Si nos vamos al trienio 2017-2019, nos encontramos con bajas del 2,2%; 7,5% y 2,2% para este mismo período.
Para el caso del maíz, la caída de precios es aún más pronunciada. La baja del grano amarillo acumula casi un 31% desde los máximos anuales en marzo. En años anteriores también se observan pérdidas, aunque relativamente menores. En los últimos cinco años se registra una baja promedio del 6,7% para este mismo período.
En este marco bajistas, los precios locales medidos en dólares se encuentran un 14% y 13% por encima de los valores del año pasado para los respectivos casos del maíz y la soja. Considerando una inflación estadounidense del 9% interanual en junio del 2022, es evidente que en términos reales los precios no están lejos de los valores que se observaban el año pasado.
En el plano internacional, los precios en Chicago mostraron importantes subas en la semana. Las dudas por la reapertura de embarques en Ucrania acompañadas de altas temperaturas en zonas productoras estadounidenses llevaron a subas acumuladas del 9% en maíz y 12% en soja en las últimas cuatro ruedas. El clima cumple un rol especialmente importante en vista del período crítico en el que se encuentran los cultivos gruesos en Estados Unidos.
Corea del Sur, socio emergente del maíz argentino
En los primeros cinco meses de la campaña de maíz, dos países a más de 17.000 kilómetros de Argentina se llevaron más de un cuarto del comercio exterior del grano amarillo. En este sentido, Vietnam se muestra como socio estratégico, manteniendo su lugar como primer comprador maicero en las últimas cuatro campañas, aunque con mermas en sus compras en esta última campaña.
Por el otro lado, el crecimiento más interesante de los últimos años se observa en Corea del Sur, que pasó de comprar escasos volúmenes de maíz hasta el 2019, cuando comenzó a demandar fuertemente maíz argentino. De no superar el 1% de las compras hace diez años, actualmente Corea del Sur emerge como segundo comprador más importante del maíz argentino.
Camino a 2030, más crecimiento económico para los principales compradores de soja y maíz
De acuerdo con las nuevas proyecciones del Laboratorio de Crecimiento (Growth Lab) de la Universidad de Harvard, China, Vietnam, Uganda, Indonesia e India se proyectan para ser las economías que más van a crecer de cara al año 2030. China espera un crecimiento promedio de su PIB per cápita del 5,82% anual hasta el 2030. Si bien el auge económico se desacelera respecto de las últimas décadas, el gigante asiático se consolidaría nuevamente como la economía de mayor crecimiento del mundo. Por su parte, Indonesia, Vietnam e India aspiran a superar el 5% anual de crecimiento promedio hasta el fin de la década.
Estas proyecciones resultan alentadoras, considerando que entre estos cuatro socios comerciales argentinos se encuentra concentrado cerca de un tercio del comercio exterior de los complejos Maíz y Soja. En este sentido, además de ser el principal comprador de maíz, Vietnam encabeza el podio de compradores de harina de soja. Además, Indonesia ocupa el segundo lugar en la demanda de este importante producto industrial argentino. Asimismo, China es el primer comprador del poroto de soja argentino, mientras la India demanda el grueso del aceite de soja que se exporta en nuestro país. Por otro lado, este Laboratorio estima un crecimiento promedio para Argentina del 1,85% anual hasta el 2030.