La relación entre el precio de los granos y el petróleo, explicada por un especialista

Juan Manuel Garzón, economista de la Fundación Mediterranea, explica que desde hace tiempo existe un vínculo entre el petróleo y los restantes bienes de la economía, «un puente que conecta lo que pasa en el mercado petrolero con los otros mercados».

Tiempo atrás esta relación era unicamente por el impacto que tiene el petróleo en los costos de producción y transporte. En el caso de los granos y el maíz, el petróleo (sus derivados) es utilizado tanto en forma directa (combustible en servicios de transporte, cosecha, siembra, etc.), como indirecta al estar fuertemente vinculado a ciertos insumos del agro, particularmente fertilizantes.

«Lo anterior implica que si el precio del petróleo y de los combustibles baja, también lo hacen los costos productivos y de transporte. Este sería a priori un factor bajista para los precios de los granos, pero a su vez una buena noticia para un mundo que necesitará de estímulos para apuntalar producción y consumo», destaca.

El vínculo antes mencionado debería llevar a una correlación positiva (aunque sea mínima) entre los precios del petróleo y de los granos, aunque existe bastante debate respecto de si esta relación se verifica, habiendo estudios que muestran que fue bastante débil (o inexistente) durante muchos períodos.

Aparición de los biocombustibles

A mediados de la década del ’00 aparecieron nuevos puentes entre el petróleo y los granos: «Estos nuevos vínculos se asocian a los biocombustibles y también a cuestiones macroeconómicas y financieras». En esta etapa se generaliza y profundiza el proceso de generación de energías renovables a partir de materias primas vegetales, especialmente en países grandes y de peso en los mercados mundiales, caso de Estados Unidos, la Unión Europea o China.

Los biocombustibles agregan un nuevo vínculo entre petróleo y granos, además del tradicional por el lado de los costos, se suma una relación por el lado de la demanda de fuentes energéticas.

En Estados Unidos la demanda de maíz para producción de bioetanol pasa de 16 millones de toneladas en el ciclo 2000/2001 a 134 millones en la campaña 2015/2016, llegando arepresentar el destino combustible en algunos años recientes más del 40% de la producción de ese país.

«Precios del petróleo más altos (bajos) hacen más (menos) atractiva la inversión y el uso de fuentes energéticas renovables y por ende pueden generar presión ascendente (descendente) sobre los precios de las materias primas que se utilizan en su generación», explica el relevamiento realizado por Juan Manuel Garzón.

Aparición de los biocombustibles

A mediados de la década del ’00 aparecieron nuevos puentes entre el petróleo y los granos: «Estos nuevos vínculos se asocian a los biocombustibles y también a cuestiones macroeconómicas y financieras». En esta etapa se generaliza y profundiza el proceso de generación de energías renovables a partir de materias primas vegetales, especialmente en países grandes y de peso en los mercados mundiales, caso de Estados Unidos, la Unión Europea o China.

Los biocombustibles agregan un nuevo vínculo entre petróleo y granos, además del tradicional por el lado de los costos, se suma una relación por el lado de la demanda de fuentes energéticas.

En Estados Unidos la demanda de maíz para producción de bioetanol pasa de 16 millones de toneladas en el ciclo 2000/2001 a 134 millones en la campaña 2015/2016, llegando arepresentar el destino combustible en algunos años recientes más del 40% de la producción de ese país.

«Precios del petróleo más altos (bajos) hacen más (menos) atractiva la inversión y el uso de fuentes energéticas renovables y por ende pueden generar presión ascendente (descendente) sobre los precios de las materias primas que se utilizan en su generación», explica el relevamiento realizado por Juan Manuel Garzón.

Fuente: Agrofy News