La trituración de soja en el mes de julio alcanzó a 3,51 millones de toneladas, marcando el segundo descenso consecutivo desde el mes de mayo (4,04 MT), hasta quedar 21% por debajo de julio de 2019, el peor ratio interanual. Efectivamente, de los siete meses del año, solo dos mostraron una actividad superior a la del año pasado: febrero con un 12% de incremento y mayo con un 2 por ciento. Las diferencias más negativas se dieron en junio (-15%) y julio (-21%). De esta forma, el acumulado trepa a 22,57 MT, 7% por debajo de 2019 cuando se llevaban molidas 24,32 millones de toneladas.
Como se aprecia en el gráfico adjunto, la curva de molienda se acerca a la de 2018, cuando la trituración se vio muy restringida por la falta de oferta, debido a la sequía que castigó a la producción. Ahora, la razón estaría basada no en la falta de materia prima sino en la reticencia del productor a vender (farmer selling), factor en el que puede estar convergiendo una adecuada oferta de financiamiento en pesos junto con la brecha cambiaria y la imposibilidad de quedarse en dólares si vende el grano.
En tanto, la molienda de girasol marcó un descenso de 39% al procesarse 204K toneladas contra 332K en 2019, marcando la peor caída interanual. Así, el acumulado anual trepa a 1,78 millón de toneladas, 22% por debajo de 2019 y el peor año de actividad desde 2015 (1,76 MT).
Fuente: RIA Consultores