El Departamento del Tesoro y el Servicio de Impuestos Internos (IRS) de EE.UU. publicaron la guía base para determinar los créditos fiscales por asignar a los elaboradores de Combustible de Aviación Sostenible (SAF por sus siglas en inglés). Y trae grandes noticias para la Argentina.
El documento, que se redactó con la colaboración de la Agencia de Protección Ambiental (EPA), el Departamento de Transporte (DOT), el Departamento de Agricultura (USDA) y el Departamento de Energía (DOE) de EE.UU., fue diseñado para promover la producción de SAF que permita reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en al menos un 50% respecto de los combustibles equivalentes producidos a base de recursos fósiles.
Los SAF que logren una reducción de emisiones de GEI del 50% son elegibles para recibir el crédito de 1,25 dólares por galón de combustible, mientras que para una proporción superior al 50% se aplicará un adicional de 0,01 dólar por galón por cada punto porcentual hasta alcanzar un total de 0,50 dólar por galón (1,75 dólares en total).
El documento establece que los aceites vegetales empleados para elaborar SAF deben provenir de lotes que cumplan con prácticas de Agricultura Climáticamente Inteligente (CSA), entre las cuales se incluyen la siembra directa y los cultivos de cobertura.
La noticia fue bien recibida por la comunidad agrícola estadounidense porque implica que pronto se adicionará una nueva demanda interna que impulsará el consumo de aceite de soja destinado a la elaboración de biocombustibles.
Sin embargo, la Asociación de Productores de Soja (ASA) de EE.UU. se quejó de la restricción implementada en lo relativo a la soja proveniente de campos con siembra directa y cultivos de cobertura.
“ASA apoya mucho el uso de prácticas de agricultura climáticamente inteligente para mejorar las reducciones de GEI, pero contemplar sólo dos prácticas entre una variedad de alternativas sostenibles restringirá el uso de aceite de soja como materia prima para SAF”, indicó la entidad por medio de un comunicado.
“La labranza cero y los cultivos de cobertura sólo son factibles para los productores de soja en ciertas partes de las regiones agrícolas, lo que significa que es probable que haya disparidad regional”, añadió.
El último Censo Agropecuario de EE.UU. (2022), que fue publicado este año, indica que la siembra directa se empleó en 42,5 millones de hectáreas, un área equivalente al 38,2% del total sembrado a nivel nacional.
Lo que representa una preocupación para los “farmers” de EE.UU., es una excelente noticia para los productores argentinos, que en su gran mayoría emplean siembra directa y vienen implementando de manera creciente el uso de cultivos de cobertura o de servicios.