El equipo económico del gobierno de Jair Bolsonaro implementó una devaluación de la moneda brasileña con el propósito de compensar la pérdida de ingresos registrada por los sectores exportadores ante la fase de desaceleración económica global.
La medida tiene especial relevancia para las empresas agropecuarias brasileñas, dado que la nación sudamericana se encuentra en plena cosecha de soja y los valores recibidos por la oleaginosa son un aspecto crítico para la economía de muchas regiones productivas.
Luego de que la soja Paranaguá –puerto brasileño equivalente a las terminales de la zona de influencia de Rosario en la Argentina– registrara un mínimo de 1412 reales/tonelada el pasado 3 de febrero, la progresiva devaluación de la moneda brasileña contribuyó a compensar posteriormente la pérdida de valor experimentada por la oleaginosa en el mercado internacional.
Adicionalmente, la semana pasada la ministra de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento de Brasil, Teresa Cristina, anunció que habilitará un total de 15.000 millones de reales (unos 3400 millones de dólares) para ofrecer líneas de financiación de pre-campaña al sector agropecuario con un tasa de interés de referencia del 6% (vale recordar que la inflación minorista en Brasil es de 4,1%).
Las líneas de financiamiento, que estarán disponibles en entidades bancarias oficiales, podrán emplearse para los cultivos de soja, maíz, algodón, café, arroz y caña de azúcar.
“Esta posibilidad de contar con fondos por anticipado permitirá que el productor agrícola tenga un mejor rentabilidad al final de la cosecha (2019/20), siembra o labores, pudiendo así programar la compra de insumos o los fletes sin inconvenientes; todos los bancos (privados) que tienen líneas de agronegocios deberían seguir este ejemplo”, aseguró Teresa Cristina durante un evento público realizado la semana pasada en Brasilia.
Fuente: Valor Soja