Argentina registró en abril pasado un déficit de 126 millones dólares, generando una balanza comercial negativa por segundo mes consecutivo y cerró el primer cuatrimestre de 2023 con un saldo desfavorable de 1.469 millones, según informó el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
De acuerdo al informe publicado, estos montos marcan una gran diferencia con los superávit alcanzados en abril de 2022 de 1.454 millones de dólares y 2.840 millones durante el mismo cuatrimestre del año anterior.
En el cuarto mes de este año, las ventas al exterior cayeron un 29,3 por ciento respecto a igual mes del año pasado (-2.446 millones de dólares) debido a una baja del 22,7 por ciento en las cantidades y de 8,6 por ciento en los precios, mientras que las importaciones descendieron 12,6 por ciento interanual (-866 millones de dólares), con una caída del 9,1 por ciento en las cantidades y de 4,1 por ciento en los precios.
Entre enero y abril se firmaron exportaciones por un valor de 21.790 millones de dólares, el 21,3 por ciento menos que en los mismos meses de 2022 e importaciones por 23.259 millones, el 6,4 por ciento menos.
El descenso de las exportaciones se dio en todos los sectores, principalmente en los productos primarios (-55,6 por ciento), manufacturas de origen agropecuario (-29,5 por ciento), los combustibles y energía (-15,6 por ciento) y las manufacturas de origen industrial (-4,5 por ciento).
Este cuadro es parte de los efectos que generó la sequía en las producción agrícola y ganadera, la peor desde 1920, según reiteró en varias oportunidades el Gobierno de Alberto Fernández.
A pesar de los intentos de restringir el acceso a dólares tanto para la población general como para el pago de importaciones y la inclusión de un tipo de cambio diferenciado para el sector agropecuario, la escasez de divisas internacionales en el Banco Central se acrecienta en su intento por intervenir en el mercado para controlar cotizaciones y evitar nuevas corridas cambiarias.
Otra operativa por más dólares
Mientras, el Directorio del Banco Central (BCRA) aprobó ayer que el vigente sistema de prefinanciación de exportaciones con garantía de ventas futuras pueda aplicarse, ahora, al pago de importaciones, de manera de mitigar los efectos de la sequía y construir «un puente» para financiar unos US$ 3.000 millones hasta final de año.
«El sistema que entra en vigencia permite a las empresas que actúan tanto como importadoras y exportadoras financiar la compra de insumos con sus propios proveedores o con líneas de crédito internacional, de bancos extranjeros o locales», detalló el BCRA en un comunicado.
Si bien explicaron que la habilitación del cupo para importar seguirá funcionando a través de la SIRA aprobada -el instrumento que autoriza las importaciones- como punto de partida, la idea es que las empresas tengan una alternativa para acceder a las divisas necesarias. «La normativa del BCRA adopta una herramienta ya existente y la aplica a la financiación de importaciones, logrando distribuir en el tiempo la menor disponibilidad de divisas por efecto de la sequía que afectó a la producción agropecuaria», señaló la entidad que presiden Miguel Ángel Pesce. Y agregó: «Con este nuevo instrumento, se espera que las industrias puedan regularizar las cadenas de producción, garantizando un flujo previsible y constante de insumos, a un costo financiero menor».
Según explicaron fuentes del sector financiero, lo que existía hasta ahora era una herramienta para financiar exportaciones, a través de una garantía de ventas futuras que, ahora, podrá usarse para validar la importación de insumos u otros bienes de fabricación en el exterior.