La siembra de trigo está en duda en la zona núcleo por la falta de lluvias. A pesar de que terminó el Niño, abril tuvo un 70 % menos de precipitaciones de lo esperado para la región pampeana.
Se necesitaban 200 milímetros y cayeron 75 milímetros. La gran apuesta es mayo.
El informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) destacó que los suelos siguen en rojo. “El mapa de anomalía de las reservas para Argentina muestra cómo la mitad norte de Buenos Aires y el sur de Santa Fe muestran en sus suelos las condiciones más secas de los últimos 30 años”, expresa el documento.
Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos están muy comprometidas. La necesidad de hacer trigo choca con las condiciones de la campaña.
La salvación podría ser mayo. Sin embargo, el consultor en clima de la BCR, Alfredo Elorriaga, expresó: “Hoy, en este momento, no hay argumentos para decir que mayo pueda dejar lluvias por encima de la media. Tampoco para pensar en menos milímetros”. Además, agregó que, en 40 de los últimos 60 años, las precipitaciones de mayo fueron iguales o inferiores a la media.
Trigo 2023
“Las encuestas señalan una baja en la intención de siembra, con un rango que va de 15 % a 60 %”, señala el informe de la BCR. El productor duda cuando ve la necesidad de remontar durante la campaña fina.
“La situación es muy crítica, hay una gran necesidad económica de hacer el cultivo. Pero no hay margen de error. No se puede sembrar si no está la humedad necesaria”, detalló un técnico de Cañada de Gómez. En Bouquet, explicaron: “El suelo está seco. En los primeros centímetros del primer metro hay algo de humedad, pero en profundidad, hasta el segundo metro no hay nada. Si no hay lluvias realmente importantes, la intención de siembra triguera será un 60 % a 80 % menor al año pasado”.
En la zona de Rosario destacaron que una tercera parte de los productores le tiene terror al trigo por la inversión que se hizo el año pasado. Una parte sembrará, al menos para multiplicar semilla y el resto está expectante por las lluvias de mayo.
Por último, los técnicos recomiendan sembrar con agua útil superior al 65 % (medida entre un metro y 1,8 metros de profundidad). “De esta manera, la probabilidad de que el cultivo experimente un déficit hídrico durante su ciclo es baja y hay una alta correlación con buenos rindes”, señalaron.