El potencial del riego en Argentina: con los grandes ríos, se podrían irrigar 2 millones de hectáreas

“La importancia de gestionar el riesgo agropecuario”, fue el título de uno de los paneles que se realizó en el marco del Congreso Maizar.

En el mismo, uno de los disertantes fue Leandro Storti, ingeniero hidráulico y del grupo IRRISUR –distribuidor oficial de Valley® Irrigation en el sudeste bonaerense– quien reflexionó acerca de las posibilidades con que cuenta el país para mitigar los efectos de la sequía, con los amplios recursos hídricos con los que cuenta.

Desde su punto de vista, no hay una plena conciencia en el país respecto al potencial de desarrollo del riego. Como ejemplo, citó que los ríos Paraná, Uruguay, Negro, Colorado, Chubut y Santa Cruz ofrecen la posibilidad de irrigar dos millones de hectáreas.

AGUAS ABUNDANTES

Para Storti, la pregunta sobre si se puede regar más en la Argentina tiene respuesta obvia: hay condiciones para hacerlo, tanto con agua subterránea como con aguas superficiales.

Explicó que, si a la precipitación se le descuenta la evaporación y la escorrentía, el resto del agua se percola, recarga los acuíferos, los que están más arriba, que en su caso es el Pampeano, y los más profundos.

Por eso, consideró que “estamos jugándonos el año agrícola con la reserva de agua que podemos almacenar en aproximadamente un metro”, cuando “con la ayuda del riego y las tecnologías para poder extraer el agua, podemos llegar a explorar profundidades de 60 hasta 80 metros”.

“Entonces la capacidad de almacenaje de esos acuíferos nos permite armar un buffer para el riego estratégico o suplementario, como es el que realizamos en la zona húmeda y subhúmeda. A través de esta tecnología se pueden cubrir déficits hídricos en momentos estratégicos para salvar los cultivos”, continuó Storti.

EL RIEGO EN ZONAS ÁRIDAS

En cuanto a las zonas áridas, allí el riego es indispensable y, para Storti, “cuando se diseña un equipo de riego, tiene que estar diseñado para cubrir la capacidad de la totalidad de la demanda hídrica”.

“No es regar por regar, sino tener conciencia de los milímetros que tengan el mayor impacto de producción posible y que también sean la menor cantidad posible”.

En ese sentido, Valley ofrece herramientas y equipos que tienen capacidades tecnológicas que permiten aplicaciones de agua, fertilizantes y agroquímicos de manera puntual y en función de las reales necesidades de los cultivos, minimizando el impacto ambiental y reduciendo costos.

Por otra parte, Storti Mencionó la importancia de monitorear las napas para hacer un uso sostenible del recurso y destacó la necesidad de una mayor interacción entre el sector público y privado para desarrollar zonas marginales.

En cuanto a las zonas de crecimiento, consideró que es posible aumentar la superficie regada en los campos ya existentes y armar esquemas defensivos de riego en zonas aledañas, asegurando la producción nacional.

Al respecto, recordó que, con el sistema de riego por pivot, se busca captar y distribuir el agua de la manera más eficiente posible; es decir, con la mayor uniformidad, con el menor costo operativo y con la mayor simplicidad para poder cubrir esos baches de déficit hídrico.

“Lo que estamos buscando es una gestión integrada de los recursos hídricos, y el riego es un denominador muy importante de la economía: cada inversión que se hace en riego multiplica los rindes y mueve a la economía”, finalizó Storti.