La alta presión tributaria que recae sobre el campo se convirtió hace ya un tiempo en un reclamo histórico del sector. La demanda casi constante para que baje el caudal de impuestos que pagan los productores del país toma día a día más fuerza puertas adentro y afuera del agro, aunque, al mismo tiempo, se contribución a las arcas del Estado se vuelve cada vez más importante, sobre todo en tiempo de crisis económica, por lo cual esperar una reducción de la carga parece poco probable.
Un informe sobre coyuntura económica de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) da cuenta de este fenómeno. Según el trabajo de la entidad bursátil, durante mayo el cobro de derechos de exportación (DEX) a los productos agroindustriales creció 30% respecto a abril alcanzado los $110.248 millones, que traducidos en dólares, rondaría los USD 936 millones. De esta manera, la proyección de aportes vía retenciones para todo este año se ubicó en USD 8.758 millones, que pasado a pesos significa unos $1,15 billones.
Este salto se explica mayormente por el importante volumen de Declaraciones Juradas de Venta al Exterior (DJVE) de maíz que se registró el mes anterior. En dicho período se anotaron algo más de 4 millones de toneladas del cereal de la actual cosecha y unos 2,6 millones de maíz 2022/23, aunque como es habitual, el principal aporte continuó siendo del complejo soja, que “habría generado recaudación en DEX en torno a USD 633,6 millones en mayo, producto de ventas declaradas por 2,8 millones de toneladas de harinas, 287.000 toneladas de aceite y 243.000 de porotos en el mes”, puntualizó la BCR.
Ahora bien, una contundente suba en el pago de las retenciones termina redundando en un mayor aporte tributario en total de las cadenas agropecuarias. Así, en mayo la contribución del campo y sus industrias asociadas trepó un 24% respecto a abril hasta los $ 416.390 millones. En este punto, y más allá del crecimiento del 30% en la contribución de los DEX, fue el Impuesto a las Ganancias el que tuvo la variación positiva más grande, al alcanzar el 70%.
Estas dos alícuotas, sumadas al IVA, el impuesto a los débitos y créditos y los aportes y contribuciones patronales, representaron en conjunto el 25% del total recaudado por el fisco argentino en concepto de tributos. Dicho de otra manera: en mayo, el campo aportó un cuarto de los impuestos que recaudó el Estado argentino, “máximo en lo que va del año, coincidente con el punto álgido del ciclo de negocios del sector, de la mano de la cosecha y comercialización de la campaña gruesa 2021/22″, explicó la BCR.
Actividad agroindustrial
No solo se registró un aumento en los aportes en concepto de retenciones o demás tributos, sino que también creció la actividad agroindustrial durante abril, de la mano de que los principales complejos industriales mostraron un buen desempeño. De esta manera, el Índice de Producción Agroindustrial (IPA) manufacturero, medición elaborada por la BCR, creció 1% durante el cuarto mes del año.
El principal aumento en su actividad se registró en la industrialización del girasol, que creció 13,5% mensual y alcanzó un incremento interanual del 8,1%, por lo que la producción de aceite del girasol se ubicó en el nivel más alto de los últimos 5 años. Siguiendo con las oleaginosas, el procesamiento de soja tuvo una mejora del 3,1% durante abril, pero respecto al mismo mes del año pasado retrocedió 6,8%.
Otro de los complejos que impulsó el crecimiento mensual fue el de los biocombustibles. En términos desestacionalizados la producción de bioetanol mejoró un 12,5% mensual y la de biodiesel 10,8%, completando el podio de los mejores desempeños junto a la molienda de girasol. “Nuevamente las exportaciones de biodiesel están haciendo recuperar al sector. En los últimos 3 meses más del 80 % de la producción se vendió al exterior, siendo Europa el principal destino. Por otro lado, la producción de bioetanol en base a maíz es la más alta de la historia para el mes de abril”, marcó la BCR.
En el sector de los cereales, se observó sólo un incremento marginal en la cebada en términos mensuales del 0,8%, aunque, de todas maneras, cerró su mejor abril de la historia en lo que respecta a molienda. Por su parte, la industrialización de trigo tuvo una caída mensual de 4,0%, concluyendo su peor abril en cinco años.
Por el lado del sector pecuario, la producción de leche tuvo un aumento mensual del 1,3 % y un crecimiento interanual del 2%. En cuanto a la faena bovina, se registró un aumento del 0,8 % mensual, al mismo tiempo que se anotó una caída del 5% interanual, mientras que la aviar siguió por el mismo camino, con una disminución mensual de 1,5 % y una caída interanual del 6,0 %. El contraposición, el único sector que viene registrando fuertes incrementos fue la faena porcina la cual registró un incremento de 1,1 % mensual y un aumento 1,7 % interanual.