Durante las últimas semanas comenzaron a recibirse lluvias localizadas en distintas zonas del área agrícola, y aunque el proceso fue irregular, subsistiendo grandes extensiones sin recibir un alivio efectivo, su ocurrencia constituye un signo del gradual desarrollo de «El Niño», informó la perspectiva agroclimática de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
Este proceso beneficiará a gran parte del área agrícola del Cono Sur, haciendo que la marcha del clima evolucione hacia una marcha normal a superior a lo normal, con mayores aportes pluviales y con un régimen térmico menos extremo que durante la prolongada sucesión de eventos adversos que lo precedió.
«No obstante, la interferencia de los vientos polares le impedirá expresarse en forma completa, siendo probable que subsista un amplio foco con aportes pluviométricos insuficientes en el interior del área agrícola argentina, con su foco el centro y el este de Córdoba, el norte de La Pampa, el centro y el sur de Santa fe, el sur de Entre Ríos, el extremo sudoeste del Uruguay y el norte de Buenos Aires, con focos secundarios en diversas zonas del área agrícola», explica el informe.
Esta persistencia de los vientos polares por encima de su nivel normal hace probable que el otoño 2024 registre un final temprano de las lluvias y un comienzo moderadamente temprano de las heladas, dando paso a un semestre otoño invernal con condiciones rigurosas.
Puede concluirse que, con un adecuado manejo y haciendo riguroso uso de la tecnología disponible, la mayor parte del área agrícola del Cono Sur podría obtener buenos resultados productivos, aunque algunas zonas no lograrán una recuperación completa.