Aunque en principio se esperaba un retroceso de la superficie de maíz de 400.000 ha respecto al ciclo pasado, el recorte del área de siembra que se estima en setiembre es mayor y trepa a un total de 600.000 ha.
Para este nuevo ciclo se estima una intención de siembra de 8,0 M ha, lo que resulta en una baja interanual de 7,0%. Las razones son las mismas que se destacaban hace un mes: la sostenida falta de agua durante los últimos 36 meses sobre la región pampeana —en especial en el centro, oeste y norte— que se ha intensificado en las últimas 3 estaciones y los pronósticos de una tercera Niña consecutiva. El sector enfrenta un desafío mayúsculo sobre todo los que plantean siembras tempranas de maíz.
La siembra maicera —que prácticamente no ha comenzado— tiene malos indicadores. Las reservas de agua son muy inferiores en todo el país respecto de hace un año atrás. La situación del Pacífico Ecuatorial Central muestra en la última actualización un valor ONI de -0,8 cuando hace un año atrás era -0,4.
Esto da serios indicios de que será la intensidad de esta tercera Niña no sería leve como el año pasado, sino moderada. Y en el Atlántico, otro elemento que ha sido clave en campañas difíciles para el maíz, no hay señales de calentamiento. En este contexto, la participación de las siembras tardías se espera que sea récord, por lo que serán el factor fundamental para la producción maicera argentina 2022/23.
Con 8,0 M ha que se sembrarían, 7,0 M de ha de cosecha para el circuito comercial, se espera una producción que rondaría 56 M Tn.
La soja sigue sumando hectáreas y ya se consolida en las 17 M ha
Y, la soja vuelve a ajustarse con una suba. Esta vez con 200.000 ha más que dejarán de sembrarse con maíz para subir el número de intención sojera a 17,0 M ha. El aumento sería de 900.000 hectáreas, un 5,6% más que en el 2021.
De esta manera, se estaría ante una producción de aproximadamente 48 Mt (se toman 400.000 ha como promedio de superficie perdida o no cosechada).