¿Cuánto sale tener una planta de silos propia en el campo?

Los silobolsas, una tecnología que permitió modernizar la comercialización de granos, están mostrando en las últimos meses su aspecto más vulnerable: son presa fácil de vándalos y delincuentes que operan en ámbitos rurales.

Frente a tal peligro –que pone en riesgo la sostenibilidad del negocio agrícola– muchos productores están evaluando alternativas para proteger su capital ante la falta de respuestas oficiales en materia de seguridad, entre las cuales se incluye la construcción de una planta de silos.

El proyecto de instalación de una planta de acondicionamiento con capacidad de 25.000 toneladas anuales demanda actualmente una inversión inicial de 1.663.000 dólares + IVA (total de 1.894.315 dólares), según un reciente trabajo publicado por CREA y AZ Group en base a datos de Bravo Ingeniería Agroindustrial.

La planta comprende una tolva de recepción con una capacidad 15 toneladas, tres elevadores, un equipo de prelimpieza neumático, una secadora de flujo continuo, cuatro silos de cono aéreo de 500 toneladas cada uno y un sistema de carga camiones.

El gasto fijo estimado para operar esa planta modelo es de 75.781 dólares por año (fundamentalmente salarios y asesoramiento), mientras que el gasto variable asciende a 209.244 dólares anuales (fundamentalmente acarreos internos, energía eléctrica y combustibles).

Tal proyecto requiere al menos un procesamiento de 7877 toneladas de granos por año para cubrir los costos, a los cuales será necesario sumar volumen adicional para generar un margen de contribución que permita repagar la inversión en un plazo razonable.

Entre los beneficios de contar con una propia planta de silos se incluye la posibilidad de lograr una calidad homogénea de la mercadería y mantenerla en el tiempo; mayores oportunidades de financiamiento (warrants) e integración de negocios; reducción de mermas; y anticipación de cosechas para liberar potreros, entre otros.

Sin embargo, la gran limitante para poder implementar tal inversión es la ausencia de financiamiento a tasas de interés adecuadas, además del riesgo de una elevada variabilidad de los costos energéticos y del hecho de que se trata de un activo enterrado en un territorio con alta inestabilidad política.

Fuente: Valor Soja