Hace un año, la soja era la respuesta en la región. Pero en el 2022 la falta de agua arrincona al trigo: en Laborde sembrarán un 50% menos que en el 2021; en Marcos Juárez, 25% menos. «En las encuestas de intención de siembra, el trigo cae ahora al 15% (vs 10% hace una semana) tras la decepción de las lluvias de mayo. Esto significa 250.000 ha menos que las sembradas hace un año. El maíz caería entre un 5 a 10% y la soja volvería a ganar hectáreas rompiendo la tendencia de los últimos 7 años», destaca el último informe de la Guía Estratégica para el Agro.
Riesgo climático, falta de agua, incertidumbre por precios y costos y el temor a mayores retenciones rompen la tendencia de sumar gramíneas en el 2022
Hace unas semanas atrás, el margen del trigo jugaba un rol preponderante en la decisión de siembra. Pero con la mejora del resultado, y con un mayo que dejó solo el 10% de las lluvias que normalmente aporta, lo importante para sembrar ahora es la cuestión agronómica: cuánta agua hay en los suelos para el trigo. Incluso, si no hay un cambio de tendencia en junio, la baja podría ser aún mayor.
Pero, ¿Qué pasa con la intención de siembra de los demás cultivos? En principio, las gramíneas este año aparecen cediendo área, rompiendo la tendencia de los últimos 7 años. El área de maíz temprano podría ceder de un 5% a un 10% en la región núcleo. En Bigand, los ingenieros lo explican así: “los productores que quedaron malparados por la sequía en la cosecha gruesa tienen un gran temor a gastar en gramíneas, ya que hay que invertir en fertilizantes y semilla. También se suma la incertidumbre por las políticas gubernamentales y la posibilidad de una tercera Niña. Es demasiado el riesgo”.
Por eso la estrategia es refugiarse en la soja de primera: el aumento estimado de siembra sería de un 9% respecto al 2021. “El productor tiene la semilla y este ciclo lo hará con menor tecnología, buscando invertir lo menos posible”, señalan en las zonas que no tuvieron buenos resultados en este verano.