En medio de la cosecha gruesa en la región agrícola, productores agropecuarios y expertos advirtieron que el aumento que anunció el Gobierno en los combustibles a partir del próximo sábado le “quitará rentabilidad” al campo. Con la nueva suba de los impuestos al gasoil, el campo resignará $40.890 millones y habrá un mayor aumento de tarifas de fletes. Los productores de las provincias del norte, como Tucumán, Santiago del Estero o Chaco serán los más perjudicados por las distancias.
La medida que anunció el Ministerio de Economía a través del decreto 466/2024, firmado por Luis Caputo y por el exjefe de Gabinete Nicolás Posse, sobre el aumento de los impuestos a los combustibles líquidos (ICL) y al dióxido de carbono (IDC), que empezará a regir el primer día del mes próximo, tendrá un efecto directo en el precio de las naftas y el gasoil. Economía decidió aplicar la suba correspondiente el próximo mes, aunque diferirá una parte de la actualización para julio. En el campo dicen que este tipo de acciones “duele”, y más viniendo, argumentan, de un Gobierno que había pregonado en campaña electoral que “los impuestos son robos”.
El economista Ernesto Ambrosetti sostuvo que el decreto que incrementa el impuesto al combustible líquido aumentará alrededor de 10 pesos por litro el gasoil. “El agro utiliza cerca de 3000 millones de litros por año para realizar todas las tareas productivas a lo largo y ancho de nuestro territorio nacional. Esto significa que por cada peso que aumenta el gasoil por mayor presión impositiva, las empresas agropecuarias transfieren 3000 millones de dólares al Estado nacional”, precisó.
Según la Sociedad Rural Argentina (SRA), el campo insume el 28% del gasoil del país. El equipo económico estima que se consumen 3,8 millones de metros cúbicos. Esto implica que el agro incurre en un gasto anual de combustible de US$3535 millones. De esta manera, se estiman que US$1660 son para la agricultura y US$1025 millones en producciones regionales, y unos US$850 millones en actividades ganaderas. Esto se da con una estacionalidad de dos picos a lo largo del año. Entre abril y junio con las labores de recolección de la cosecha gruesa, y por la siembra de la cosecha gruesa y recolección de la cosecha fina entre los meses de octubre a diciembre.
“Este aumento le quita al agro alrededor de 40.890 millones de pesos y además impulsará un mayor aumento en las tarifas de transporte. Afecta la competitividad de las economías regionales más alejadas de los grandes centros de consumo. El aumento me da cerca de 10 pesos por litro”, completó Ambrosetti.
El impacto de los aumentos en los impuestos a los combustibles puede variar dependiendo de diversos factores, como los márgenes de rendimiento y la ubicación geográfica del productor agrícola. Los productores de algodón o soja del Chaco, Tucumán, Santiago del Estero tienen un costo diferente a los que producen soja en la pampa húmeda. “El margen no es tan significativo, pero dependerá de los rindes y la ubicación. Hay que ver cómo evolucionan los otros factores, pero siempre hay un mayor costo. A mayor costo, el margen es menor”, precisó el economista.
Roberto Palomo, un productor agropecuario de Tucumán, agregó que, en primera instancia, este aumento va a encarecer el flete tanto del traslado de los granos al puerto como de los insumos. Además, alertó sobre el impacto en la campaña fina, considerando los aumentos que se prevén para julio. “Tenemos una distancia muy larga hasta el puerto para llevar lo que producimos y eso encarece sobre todo el costo del flete para todo lo que traemos. El combustible para cosechar también es más caro acá, porque hay que trasladarlo y es más caro siempre en el interior. Lo mismo pasa con todos los insumos y fertilizantes, porque hay que traerlo hacia acá y se encarece”, expresó.
El productor expresó que, si bien sabían del aumento de este impuesto, igualmente va a haber un cambio entre la cosecha de soja, que se está terminando y se hizo con otro precio del gasoil, y su traslado. “Yo entregué mercadería y el flete lo tengo que pagar en el momento de venta de la mercadería, entonces se me incrementa el flete, con este aumento voy a tener un precio de venta distinto de lo que yo había estimado”, resumió.
“Esto impacta negativamente, como todo aumento de los costos, donde todo está tan ajustado y por mínimo que sea impacta. No se logra entender cómo seguimos, y un gobierno que sigue pregonando que los impuestos son robos sigue aumentándolos. Más que el impacto [en la producción] en sí es la acción que no se logra comprender entre lo que se dice y lo que se hace. Duele, porque a veces alguien no puede hacer algo, pero hay acciones que pueden llevar a conformar donde a una parte no le representa tanto, pero a la otra le representa mucho. Las acciones pueden ser favorables o desfavorables. Una de ellas hubiese sido la quita de retenciones al trigo, donde al Estado no le implicaba ningún costo fiscal grande, pero al productor le representaba mucho. Esto del combustible es una acción negativa, que no entiendo al Estado qué le representa este aumento, pero a los que nos movemos y producimos en base con el combustible nos representa mucho”, indicó Ariel Bianchi, un productor de la zona de San Nicolás, provincia de Buenos Aires.