China evalúa desregular controles sobre maíz modificado genéticamente

El gobierno asiático, por pedido de la industria semillera china, habilitó al Ministerio de Agricultura a avanzar en la aprobación de ciertos cultivos transgénicos, principalmente de maíz.

Según la agencia Reuters, un documento preliminar consensuado por el ministerio y los productores de estas variedades de semillas ya ha sido publicado. El objetivo es permitir su cultivo comercial ya que algunas empresas chinas, como la Beijing Dabeinong Technology, han desarrollado modificaciones genéticas en maíz que consideran seguras y estarían listas para salir al mercado en el plazo de un año.

En el caso de aprobarse un nuevo marco regulatorio, China tendría la capacidad de plantar 33 millones de hectáreas con maíz transgénico, generando unos 5.000 millones de yuanes en ingresos, aparte de consolidarse en esta industria.

Según Eduardo Álvarez Pons, manager de la consultora local AgroRosario, “el gobierno chino hace años que enfrenta un crecimiento demográfico intenso, por lo cual viene interviniendo en los mercados para proveerse de alimentos, tanto en productos cárnicos, como en cereales. Esas 33 millones de hectáreas producirían unos 300 millones de toneladas de maíz transgénico.”

Un debate vigente

Dentro de la comunidad científica, las dudas sobre las ventajas y los peligros de los organismos genéticamente modificados (OGM) han estado presentes por décadas, aún cuando, en estos tipos de transgénicos, el 99.5% o más del genoma es idéntico al del maíz no modificado, según los datos oficiales.

De hecho, para generar una variedad mejorada de cualquier cultivo −sea transgénico o no− el proceso de investigación tarda hasta 10 años, porque se seleccionan los mejores granos, se siembran un par de veces al año, se cosechan, se llevan al laboratorio y, luego, se producen alimentos para verificar aspectos como sabor o que no produzcan reacciones alérgicas.

“Los detractores de la genética, siempre están presentes con argumentos sólidos” analiza Álvarez Pons, “pero en la puja con la necesidad de mayor calidad y producción, hasta ahora va ganando a caballo de la rentabilidad.”

Consecuencias en Argentina

De producirse ese cambio en el gigante asiático habrá consecuencias lógicas en nuestro país. Álvarez Pons agrega: “Hoy los mayores exportadores de maíz argentino, son Cargill y Cofco, con 19 millones de toneladas en total. Lo peor que puede ocurrir es que esas exportaciones caigan, pero lo mejor que puede pasar es que con la creciente demanda de carnes argentinas en el mundo, ese saldo exportable se convierta en carne. Dando valor agregado al grano, incrementando la superficie de explotación ganadera y llevando al tan esperado aumento del stock de cabezas.”

Según el analista, “se deberían impulsar políticas públicas para acompañar y respaldar la inversión necesaria para la infraestructura de la cadena cárnica. Desde la genética, la sanidad y el aumento de la faena en los frigoríficos exportadores, hasta el aumento de las instalaciones portuarias.”

Fuente: BCR News