En la campaña 2023/2024 el promedio de rendimiento en trigo en el Nodo Litoral de Aapresid -que está representado por las regionales Paraná, Rafaela, Rosario y Videla- fue menor a la media histórica. ¿Qué pasó la última campaña? ¿Qué estrategia seguir para el nuevo ciclo?
Mientras que en la regional de Rosario los rendimientos variaron de 2000 kg/ha hasta los 5200 kilos, en la zona de Videla el promedio fue de 2.500 kg, 10 qq menos que la media de las últimas 5 campañas. Más hacia el oeste, en Rafaela los rendimientos fueron muchos más bajos, con mínimos de 1100 kilos y máximos que no superaron los 3.500 kilos. En Paraná, los rendimientos más bajos corresponden al sector oeste, con valores similares a Rafaela, pero la sorpresa la dió la costa del Río Uruguay, con rendimientos máximo a nivel de lote de 6100 kg/ha, detallaron desde Aapresid.
Las precipitaciones estuvieron muy por debajo de la media histórica. Al momento de la siembra, el perfil contaba con buena humedad por las lluvias de marzo a mayo. Sin embargo, en junio, el agua abandonó la zona, y la sequía se intensificó en los meses clave para el desarrollo del trigo. Aunque las lluvias regresaron en octubre, el destino de muchos lotes ya estaba jugado.
En Rafaela, las temperaturas también estuvieron por encima de la media histórica y la falta de frío impactó negativamente en el cultivo, acortando el ciclo y provocando una floración despareja. Además se sumó un evento de granizo a coronar un fin de campaña desafiante. En Paraná la variación climática partió la provincia en dos. A partir de agosto, la zona central y Este recibieron mayores precipitaciones, diferenciándose mucho de la costa del Paraná e impactando fuertemente en lo que pasó después. También se destacaron golpes de calor en toda la provincia entrerriana.
Jugando las fichas a la hora de la siembra de trigo
Al centro de la provincia de Santa Fe, las fechas de siembra variaron desde el 12 de mayo al 28 de junio. En Videla, la mayoría de los lotes se sembraron entre el 11 y el 20 de junio, debido a que, en general, cuando la siembra se retrasa los rendimientos bajan.
La elección de variedades en la zona estuvo influenciada tanto por la preferencia del productor como por las presiones comerciales de las agronomías y cooperativas locales. En general, no se observaron diferencias significativas en rendimiento entre ciclos ni entre cultivares.
En Rosario, las variedades principales fueron Baguette 620 y Pehuén. En Paraná se sumó Ceibo, y los ciclos cortos aumentaron del 25% al 30%, mientras que los intermedios disminuyeron del 50% al 45%. En el resto de las regiones, la proporción entre ciclos cortos e intermedios se mantuvo 1 a 1. Videla destacó con Ceibo, Pehuén y ACA 602. En Rafaela, las más comunes fueron Baguette 620, Sy 211 y Klein 100 Años.
«El rendimiento del trigo también estuvo influenciado por los antecesores. Los lotes que sucedieron al maíz temprano mostraron mejores rendimientos, debido a que este cultivo dejó buena disponibilidad de agua y fertilidad en el suelo. La soja de primera, aunque ocupa el lote más tiempo y consume más agua, también mostró rendimientos aceptables», resaltaron.
La estrategias de fertilización que propone Aapresid
Al momento de la siembra, en Rosario un 10% de los socios de Aapresid realizó análisis de suelo previo al cultivo. En Videla, Rafaela y Paraná el porcentaje fue mayor, pero se estima que es un efecto de la campaña: los productores necesitaban saber qué remanente nutricional había dejado la gruesa.
El momento más elegido para fertilizar fue el de la pre-siembra o siembra. La fertilización en macollaje se vio afectada cuando las lluvias se detuvieron, limitando la incorporación principalmente de la urea voleada.
Por último, con respecto a la protección del cultivo, se destacaron como malezas problema a la rama negra, perejilillo y parietaria. Las enfermedades más comunes en la campaña fueron roya de la hoja/anaranjada y roya amarilla/estriada. En Videla, se aplicó triazol más estrobilurina solo en el 60% de los casos, ya que las condiciones ambientales no favorecieron a la enfermedad. En Paraná, se vio además mancha amarilla y pulgones, con un 70% de los lotes tratados.
Respecto a las conclusiones y perspectivas futuras, desde Aapresid señalaron que las precipitaciones por debajo de la media histórica y la distribución irregular de las lluvias durante el periodo crítico fueron los aspectos que más afectaron los trigos. «Para futuras campañas, es esencial continuar ajustando las estrategias de manejo agronómico. Desde la regional de Paraná se recomienda elegir la fecha de siembra para evitar golpes de calor y heladas, junto con variedades destacadas por potencial y estabilidad, y no tanto por la duración del ciclo. A la hora de realizar fertilización, considerar los datos del análisis de suelo y el potencial buscado, y monitorear plagas, malezas y enfermedades», puntualizaron.