La superficie sembrada experimentó una disminución interanual de 126.900 hectáreas y se ubicó en 2.173.650, un 5% menor al ciclo anterior. En comparación al promedio del último lustro se registró una variación del 2 %, lo que representa 37.940 hectáreas menos sembradas. Por otra parte, la superficie agrícola, sin considerar el doble cultivo, experimentó un reducción 181.400 hectáreas, posicionándose en 1.583.200.
En relación al promedio de los últimos cinco años, esta caída fue del 6 %, con una disminución de 102.200 hectáreas. La disminución del área sembrada se puede atribuir principalmente a la menor superficie ocupada por los cultivos de verano, como maíz, soja, sorgo y arroz.
La producción totalizó las 4.063.880 toneladas (t) y presentó una disminución respecto la campaña 2021/22 del 41% (equivalente a 2.857.535 t), aunque si se analiza el promedio del último lustro se registró una disminución del 36 % (es decir 2.289.301 t). La producción del ciclo 2022/23 es la tercera más baja de los últimos 23 años.
Entre estos datos, desde la Bolsa de Cereales integran también que durante el ciclo 2022/23 los cultivos invernales (trigo, lino y colza) representaron el 27 % (590.450 ha) y los estivales (girasol, maíz, arroz, sorgo y soja) el 73 % (1.583.200 ha). La producción total se repartió en un 51 % (2.073.095 t) para la cosecha de fina y el 49 % (1.990.785 t) para la cosecha de gruesa (1.990.785 t).
En términos de superficie sembrada y producción agrícola, los cultivos de trigo, maíz y soja, abarcan el 86 % del área sembrada y el 85 % de la producción total. En cuanto al rendimiento promedio provincial los tres cultivos presentaron mermas, aunque en el trigo solo fue del 1 %, en cambio esta disminución fue más significativa en maíz y soja cuya caída fue 33 % y 70 %, respectivamente.
La variable producción de los cultivos analizados (trigo, maíz y soja) presentó un incremento interanual para el trigo de 8%, en contraste para el maíz la disminución fue del 50 % y en soja del 78 %.
También, el informe resalta que la sequía provocada por el efecto «La Niña» tuvo un impacto significativo en los parámetros productivos de los cultivos de secano.
Estos cultivos, que normalmente aportan de manera sustancial a la producción total de la provincia, se vieron gravemente afectados por las condiciones climáticas adversas.