Las expectativas de un «año Niño», que llegue para dejar atrás la histórica sequía, empieza a parecer una broma de mal gusto en el centro norte santafesino. Las lluvias del otoño, más la necesidad de los agricultores de sembrar lo que más rápido genere liquidez, impulsaron una siembra récord de trigo. Hasta la semana pasada el progreso era normal. Pero el clima cambiante «dio vuelta la taba» y, en comparación con igual fecha, el diagnóstico de los lotes es peor que el año pasado en la región.
El monitoreo semanal del Sistema de Estimaciones Agrícolas (SEA), que difunde la Bolsa de Comercio de Santa Fe, muestra que al 22 de agosto, en los 12 departamentos bajo seguimiento un 80% de los lotes están buenos, un 15% regulares y el 5% malos. En 2022, las prorciones eran 92% bueno, 8% regular y no se reportaban cultivos en mal estado.
El SEA indicó que, durante los últimos días, los lotes se vieron afectados por las condiciones climáticas que imperaron: «inusual amplitud térmica para la época del año, fuertes ráfagas de viento y lenta, pero constante disminución del agua útil en los perfiles de los suelos por la ausencia de precipitaciones y el impacto del déficit hídrico sobre los ejemplares, según su grado de desarrollo». Agrega que, hasta la fecha, no se constataron plagas ni enfermedades de importancia en los trigales.
Afortunadamente, en los departamentos del norte hubo lluvias beneficiosas para al cereal, «que ante la evolución de los estados fenológicos demandó más agua». En cambio, en las zonas sur y centro no se concretaron precipitaciones: «distinta fue la realidad en el resto del área de estudio, donde la falta de humedad por ausencia de lluvias impactó a los cultivares y reguló nuevas siembras».
En la superficie total del área de estudio del centro norte santafesino (departamentos Nueve de Julio, Vera, General Obligado, San Cristóbal, San Justo, San Javier, Garay, Castellanos, Las Colonias, La Capital, San Martín y San Jerónimo), la disponibilidad de agua útil en los primeros 20 cm de los suelos se encontró con diferentes realidades: desde buena a regular en localidades puntuales y de escasa a nula en otras, como consecuencia de la distribución heterogénea e irregular, de algunas precipitaciones registradas. «Sin recuperación de la humedad en la cama de siembra, por falta de precipitaciones, principalmente en el centro y sur del SEA», remarca el informe.
Para el período comprendido entre el 23 y el 29 agosto de 2023, los pronósticos prevén desde su comienzo estabilidad climática, parcialmente nublado, buen tiempo, con el transcurso de las jornadas aumentaría la nubosidad a totalmente cubierto, variando a días soleados, sin posibilidad de precipitaciones, descenso de las temperaturas medias diarias, probabilidad de heladas como consecuencia de un centro de alta presión que se mantendría hasta el final del intervalo. Las temperaturas diarias fluctuarían entre mínimas de 4 a 16 ºC y máximas de 15 a 26 ºC.