La campaña de girasol 2023/24 comenzó a tomar color en Necochea

La firma NK comenzó a palpitar la campaña de girasol 2023/24 y presentó en Necochea un workshop destinado al cultivo, en el que se repasaron estrategias de manejo productivo y perspectivas del mercado para esta oleaginosa.

Esta jornada forma parte de un ciclo de cuatro jornadas, que se llevarán a cabo en distintas regiones girasoleras de la provincia de Buenos Aires.

La empresa cuenta con una Red de Evaluación en girasol, que a partir de un relevamiento de 18.545 parcelas en las principales zonas productoras del país, permiten posicionar sus híbridos en el mercado.

Los productores, a través del sitio web de NK, pueden acceder a esta red digitalizada y acceder a recomendaciones de semillas a partir de tres variables: localidad, fecha de siembra y ambiente. En está página, además de las recomendaciones se pueden comparar los rindes de materiales, tanto propios como de la competencia.

En el renglón de producción, especialistas de distintas entidades privadas repasaron una serie de estrategias de manejo para el girasol, enfocadas en el sudeste bonaerense. Abordaron conceptos vinculados al control de plagas, enfermedades y malezas, además de consejos para la siembra.

Al proyectar el escenario de precios para la campaña 2023/24, la principal conclusión fue que si bien la coyuntura internacional muestra algunos signos bajistas para los principales commodities, habrá una fuerte demanda internacional en aceites, a partir de la tracción de India y China.

En el evento también se presentó el nuevo lanzamiento de la firma, el NK 3969 CL. “Es el híbrido que viene a elevar los techos de rendimiento y se adapta a todas las regiones girasoleras”, señalaron desde NK.

MANEJO PRODUCTIVO Y MALEZAS

Agustín Bilbao, asesor del CREA Necochea-Quequén, explicó que el manejo de plagas, los principales problemas que los productores enfrentan en el sudeste bonaerense son la babosa y el bicho bolita. “Si bien usamos cebo, se emplean poco insecticidas”, reconoció y sostuvo que dos pautas de manejo para controlar estas plagas radican en barrer el rastrojo y tener en cuenta la fecha de siembra.

En este punto, el especialista sostuvo que más allá de la densidad de siembra, es fundamental desparramar el rastrojo y emplear semillas y curasemillas de calidad. “La babosa es implacable y el bicho bolita hace daño y hay que regular aplicación de cebos de acuerdo al umbral de daños que se registre a nivel lote”, remarcó.

En enfermedades, advirtió que más allá de la Sclerotinia, en la campaña 2023/34 los productores deberán atentos a la Phomopsis. “No se está controlando bien con fungicidas y el inoculo dura varios años en el rastrojo”, remarcó.

En una serie de ensayos a campo, Bilbao estimó que las pérdidas por Phomopsis pueden oscilar entre los 300 kilos por hectárea -por pudrición del capítulo- hasta los 1.000 kilos por hectárea a partir del cancro del tallo.

Por el lado de malezas resistentes a herbicidas, el consultor privado Ramón Gijón repasó algunas pautas de manejo y destacó que en el sudeste bonaerense se registró un avance de raigrás y crucíferas.

DENSIDAD Y FECHAS DE SIEMBRA

Guillermo Divito, de Estadio EDM, analizó cuales son las mejores densidades y fechas de siembras para la región sudeste de Buenos Aires, un reducto fuerte para el girasol a nivel nacional.

Si bien las recomendaciones agronómicas suelen oscilar entre 40.000 a 50.000 semillas por hectáreas, para un arco de rindes de 1.800 a 3.500 kilos por hectárea, Divito explicó que en el sudeste, a partir de las 40.000 semillas/ha se corre el riesgo de toparse con Phomopsis.

De acuerdo a un relevamiento de EDM, en base a una superficie de 10.000 hectáreas, calcularon que el promedio de densidad de siembra en la región sudeste es de 53.000 semillas por hectárea. “Se deben tener en cuenta factores como la temperatura del suelo y la fecha de siembra”, destacó.

Otro dato que se desprendió de este análisis es que un 50% de siembras de girasol se realizaron antes del 15 de octubre.

Sobre este tema, el consejo fue que que para potenciar el rinde, los productores no apuren las fechas de implantación y -salvo cuestiones puntuales de lógistíca- estiren la decisión hasta el 20 de octubre, o bien destinen lotes de menor aptitud agrícola para siembras mas tempranas.