Desde antes del inicio de la siembra, se detectaba menor interés por el cereal, ya que las primeras proyecciones indicaban una caída con relación al ciclo anterior del 15 %, lo cual equivale a un área planificada de aproximadamente 102.000 ha.
El Sistema de Información de Bolsa de Cereales de Entre Ríos (SIBER) sostuvo que el escenario que afronta la siembra de sorgo es complejo. La trama se hizo más compleja aún debido a la sequía que se instaló desde mediados de noviembre y que imposibilitó el normal desarrollo de las labores de implantación.
Al día de la fecha, el informe sostiene que se concretó la siembra del 70 % de la intención original. Los primeros lotes sembrados se ubican en la etapa de macollaje con una buena condición del cultivo.
El déficit hídrico ha generado un atraso de la fecha en la siembra de soja y maíz de fechas tardías, por lo tanto, se generó un cuello de botella donde en muchos casos el productor optará por continuar con la siembra de los otros cultivos versus el sorgo. En consecuencia, en este contexto, es lógico pensar que el área destinada finalmente experimente una caída mayor a la inicial.
Por otro lado, el SIBER sostuvo que las primeras proyecciones indican que el área destinada a la siembra del maíz de segunda y tardío en el ciclo 2022/23 se posicionaría alrededor de 70.000 ha.
El reporte recuerda que, en el ciclo 2021/22 la superficie fue de 47.800 ha. Se proyecta una expansión del 46 % (22.200 ha).
El informe indica que los colaboradores reportan que, los productores tomaron la decisión de optar siembras en fechas tardías para amortiguar el impacto de «La Niña», ya que los modelos indicaban una alta probabilidad de déficit hídricos para el mes de diciembre (momento donde ocurre la floración de los maíces de primera).
Según el SIBER, al día de la fecha, se estima que se ha concretado el 23 % de la intención planificada y en algunos casos, se han sembrados lotes «en seco», es decir, sin humedad en la cama de siembra a la espera de precipitaciones.