Hoy sucede lo contrario: la falta de agua mantiene frenada la siembra y el avance regional es apenas un 5%, menos de 100.000 ha. Se estima que este año se sembrarían 1,5 M ha intencionadas, un 22% menos que hace un año.
Y con maíz temprano se espera implantar 750.000 ha. Pero ante este panorama de falta de agua, podrían incluso ser menos que las estimadas: más hectáreas podrían pasar a sembrarse en forma tardía y más hectáreas podría pasar a ser sembradas con soja. Numerosas áreas advierten que entre el 70 al 75 % del maíz temprano podría pasar a tardío.
En el norte de Buenos Aires, con un setiembre récord —o casi récord— de falta de lluvias (0 a 6 mm), no se sembró nada de maíz al 29/9. En General Pinto no se recuerda una situación semejante. “Las lluvias acumuladas de septiembre es cero (0,8 mm)”. En Colón dicen: “el límite es la primera quincena de octubre, si no llueve diferiremos a tardío y el 25 a 30 % restante a soja de primera”.
En el norte de Cañada de Gómez solo se sembraron lotes puntuales, lotes de alto potencial. Allí, el avance es del 50% de lo intencionado temprano. Los productores están siendo muy cautos con los cuadros restantes: “aún en lotes que ha llovido o donde el agua actual de los perfiles permitiría la siembra, se espera otra lluvia para diversificar fechas de siembra”. De no llover, pasarían el resto a tardío y en algunos casos a soja y guardarían la semilla. En Marcos Juárez están en la misma situación, avanzaron pero solo en la mitad del total de la intención, y aguardan lo que suceda con el clima.