La sequía récord que azotó a Entre Ríos y la región desde diciembre pasado provocó numerosos inconvenientes en los granos sembrados y retrasó las cosechas de arroz y sorgo, remarcó la Bolsa de Cereales provincial.
La sequía récord fue calificada como la peor de los últimos 60 años según los registros provinciales, y provocó efectos ecológicos y económicos «devastadores», con un incremento importante en el costo del riego.
También las escasas precipitaciones y elevadas temperaturas generaron un fuerte retroceso de la humedad y un estrés térmico para los cultivos y animales.
Si bien se inició la cosecha de arroz en Entre Ríos, el avance «es muy escaso», con mejores situaciones en lugares donde el riego fue con pozo, pero una peor situación donde el agua provenía de represas.
Del total del área implantada en el ciclo 2021/22 -65.000 hectáreas- sólo el 10% se logró cosechar (6.500 hectáreas).
Por eso, es «muy escaso el avance» en las labores para determinar el rendimiento provincial, que será «dispar» según la forma de riego, explicó la Bolsa entrerriana.
Los registros pluviales de diciembre de 2021 en Entre Ríos se posicionaron entre los diez más bajos de los últimos 60 años, y las lluvias de ese mes acumularon menos de 20 milímetros, seis veces por debajo de lo que normalmente debe llover.
Si bien en marzo la provincia recibió un nivel de precipitaciones «más cercano al normal, hay que recuperar mucho», remarcó la entidad bursátil.
Por eso, aún no ha comenzado la cosecha de las 118.000 hectáreas destinadas a sorgo, cuando en la temporada anterior a la misma fecha se había concretado el 13% de las labores.
Según el organismo, la sequía influyó en la demora, ya que provocó una latencia de la floración y heterogeneidad en la madurez de las panojas.
También las «cuantiosas precipitaciones» acaecidas en los últimos 15 días demoraron las labores.
Además, los productores entrerrianos debieron aplicar herbicidas en algunos lotes de sorgo para acelerar el secado del cultivo.