El ministro de Economía reconoció que la acumulación de reservas es una de las prioridades para la próxima etapa del Gobierno, pero al mismo tiempo reconoció que se debe hacer con cuidado. Las estimaciones que circulan entre analistas económicas proyectan que existe un espacio sustancial para que el Banco Central compre dólares sin necesidad de esterilizar los pesos que se emitan para ello.
Luis “Toto” Caputo ejemplificó en sus últimas apariciones cuál es el desafío en un escenario de fuerte ingreso de divisas: “Si mañana viene OpenAI y quiere ingresar los USD 25.000 millones de inversión juntos y nosotros salimos a comprar, estaríamos generando un problema mayúsculo porque el mercado no demandaría una cantidad de pesos equivalente”.
Por otra parte, el propio Javier Milei relativizó la necesidad de salir a comprar dólares con emisión de pesos, como se viene especulando. “Si nosotros conseguimos acceso a los mercados financieros ya no precisamos acumular tanto, porque estaríamos repagando la deuda con la colocación de nuevos títulos”, dijo el presidente, aunque reconociendo que no hay certeza de cuándo lo lograrán. “Nadie sabe los tiempos del mercado”, sentenció.
Es evidente que el Gobierno no está muy convencido que el proceso de acumulación de dólares con emisión monetaria sea lo más conveniente en este momento. Los temores pasan por el impacto que podría tener sobre la inflación si la emisión de pesos no tiene la demanda correspondiente en el mercado.
Al mismo tiempo, también se avanzaría con una operación de recompra de deuda para reducir los vencimientos de los próximos dos años con el sector privado. Pero tampoco hay mayores detalles de cómo se llevaría adelante.
El proceso de compra de dólares por parte del Central se llevaría delante de manera gradual, aunque todavía ni siquiera comenzó. Tampoco se ha explicitado cuál será el mecanismo. En los meses previos a las elecciones hubo adquisiciones en bloque por parte del Tesoro. En Chile, por ejemplo, se estableció un volumen diario para que el BCRA compre dólares, a razón de USD 25 millones diarios en los próximos tres años.
Pero este esquema estaría descartado por el Gobierno, por considerar que el mercado cambiario es demasiado chico. En este caso, por lo tanto, se volcarían por compras discrecionales como lo hicieron en los meses previos a las elecciones legislativas.
Un informe de la consultora Empiria, que dirige Hernán Lacunza, estimó que el espacio disponible para monetizar la economía vía compra de divisas es de nada menos que USD 38.000 millones.
Para realizar el cálculo, estimó que el agregado monetario M2 (circulante más depósitos a la vista) se ubica en 6,8% del Producto Bruto Interno (PBI), cuando el promedio del período 2004-2019 se ubicó en 11,6% del PBI. “Lógicamente no es un salto discreto, sino parsimonioso, acompañando la demanda de dinero”, explicaron.
“Aun así, las reservas netas pasarían a representar alrededor del 8,7% del PBI cuando el promedio del resto de los países es entre 15%-20% del PBI, incluyendo los regímenes cambiarios de flotación”, agregaron desde Empiria.
Marcos Buscaglia, director de la consultora Alberdi Partners, había realizado la misma estimación hace dos semanas, durante una conferencia organizada por Facimex. Según sus cálculos, el BCRA podría comprar hasta USD 40.000 millones hasta fines de 2027 sin necesidad de salir a esterilizar.
Por supuesto que para avanzar con semejante nivel de compras es necesario que se produzca un excedente de dólares en los próximos dos años. Parte del mismo vendría de la balanza comercial, pero también se abren otras ventanas en un contexto de mayor optimismo: colocaciones de deuda por parte de empresas (que se van multiplicando en los últimos días) y el ingreso de inversiones reales.
La remonetización de la economía es una de las apuestas principales del Gobierno para la etapa que se viene. El objetivo es que aumente la cantidad de pesos en poder del público y también en los bancos. Esto permitiría que se produzca un incremento del consumo y una reducción de las tasas de interés, algo que se empezó a notar en el caso del financiamiento a las PYMES y en las líneas de corto plazo. La caución bursátil, que estaba por encima del 70% anual en la previa electoral, cayó por debajo del 25%.
La estabilidad cambiaria de las últimas semanas, con un dólar oficial que ayer cerró a $ 1.415, es un buen indicador de una mejora de la demanda de pesos por parte del mercado. El mayorista, incluso, perforó los $1.400.
Por otra parte, también refleja que parte de los dólares que se habían comprado como cobertura electoral están volviendo al mercado, incrementando la oferta de divisas en esta etapa de “vacas flacas” en lo que a liquidación del campo se refiere.