La campaña de soja 2024/25 comenzó con la expectativa de superar la barrera de los cincuenta millones de toneladas de producción por primera vez en seis años. Los problemas productivos que había dejado el maíz en la campaña anterior, producto de la chicharrita, impulsaron un fuerte incremento en la superficie sojera para llegar a 17,6 millones de hectáreas, la mayor superficie en 7 años.
Sin embargo, a pesar de que las lluvias de la primavera auspiciaban una buena producción sojera, el verano dejó un déficit hídrico que, sumado al elevado estrés térmico por sucesivas olas de calor, afectó severamente el potencial de rendimiento de los cultivos. Todo esto hizo mella en los números finales de producción, que se estima para la campaña en 45,5 millones de toneladas, casi un 10% menos que en el ciclo anterior, según informó la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
Ante este panorama productivo, los economistas Tomás Rodríguez Zurro y Emilce Terré, del departamento de investigaciones económicas de la Bolsa, estimaron el estado de situación de la oferta y el consumo de la soja de la campaña 2024/25.
“Si bien los stocks iniciales de la campaña se estiman relativamente elevados en 7 millones de toneladas, las importaciones temporarias de soja para abastecer las necesidades de crushing de la industria se proyectan en un 6 millones de toneladas, por debajo de los 7,2 millones de toneladas de la 2023/24”, señalaron.
La oferta
De esta manera, ante esta estimación de producción, de carry, y de toneladas importadas, proyectaron la oferta total de la campaña en 58,6 millones de toneladas, un volumen prácticamente estable entre campañas.
Por el lado de la molienda de soja, se proyecta un crush total de 41,5 millones de toneladas. Este número comprende tanto la extracción por solvente como la molienda por prensado/extrusado. La molienda de soja de extracción por solvente, es decir, aquella que se realiza en las grandes plantas de molienda de oleaginosas (la gran mayoría de ellas ubicadas en el Gran Rosario) se proyecta en 40 millones de toneladas. Este volumen se ubica por debajo del crush de la campaña, recientemente finalizada, aunque se mantiene elevado en comparación con el promedio del último lustro.
El poroto
Por último, las exportaciones de poroto se proyectan en 4,5 millones de toneladas, un volumen similar al de la última campaña. Este volumen se explica principalmente por la producción de la región del sur de Buenos Aires y La Pampa. Debido a la distancia que separa a este grano del Gran Rosario, no resulta económicamente conveniente traerlo para industrializarlo, por lo que saldría directamente como poroto desde los puertos marítimos de Bahía Blanca y Necochea/Quequén.
“En conclusión, en términos generales se vislumbra una campaña similar a la recientemente finalizada. A pesar de la caída productiva, se ingresa al nuevo ciclo con un stock inicial elevado que deja la oferta total en niveles similares. Un leve ajuste en las importaciones deja como saldo un menor crush estimado, en tanto que las exportaciones se mantienen estables entre campañas”, señalaron.