Qué dicen las empresas que apuestan al mercado de bioinsumos

VICTORIA, ENTRE RÍOS.- Los insumos biológicos se ganaron un lugar en la discusión de la agricultura argentina. No es un producto masivo, pero la pregunta está instalada en la conversación productiva.

EnBIO 2025: qué dicen las empresas

EnBio se llevó a cabo del 19 y 20 de febrero y contó con más de 40 marcas y cerca de 600 personas entre las dos jornadas. En este marco, las empresas aprovecharon para instalar la conversación sobre los productos biológicos y despejar dudas.

Gran parte de las empresas coincidieron en que estos insumos son el futuro. Sin embargo, hay distintas miradas de por qué el productor no adopta la tecnología con rapidez.

Coinciden en que es una tendencia en crecimiento, pero las producciones extensivas tienen recelos a la hora de aplicarlos. La tarea de las empresas, desmitificar y mostrar los beneficios.

La empresa San Pablo nació hace 26 años en Tucumán y trabaja en productos biológicos basados en hongos y bacterias benéficas. Actualmente, proveen bioestimulantes, productos para manejo integrado de plagas, enfermedades, coadyuvantes biodegradables e inoculantes.

El supervisor de desarrollo a nivel país, Nicolás Cruz, comentó que ve un mayor interés por parte del productor. Además, destacó que el mundo reclama sustentabilidad. “El mercado de los biológicos, tanto en Argentina como en el mundo, está subiendo. Para el futuro veo un crecimiento. Estamos en los primeros años de desarrollo comercial de los biológicos”, indicó

En este sentido, el socio fundador de Microvidas, José Luis Alonso, ve que el mercado está creciendo muchísimo. “Nosotros vendemos mucho en horticultura, porque es como la Fórmula 1 de la agricultura, y todos estos productos son muy utilizados. Ya tienen el chip de producir con menos impacto ambiental”, indicó.

Microvidas nació en 2016 como una compañía que produce microorganismos que ayudan a los vegetales a vivir mejor. El socio fundador de la empresa y encargado de desarrollo explicó que hay microorganismos que son promotores de crecimiento, solubilizadores de nutrientes, antagonistas fúngicos, entre otros. Microvidas tiene una paleta de aminoácidos con micronutrientes, para abastecer la demanda que está fuera de los macronutrientes, como zinc y boro.

Alonso explicó: “Mucha gente tiene miedo en el momento de la siembra”. En este sentido, explicó que el producto nutre el cultivo, promueve el crecimiento y bioestimula. “Creo que el futuro de la empresa está en specialities. Están demandando los biocontroladores, los bioinsecticidas, los biofungicidas. Yo creo que ese es el futuro de la empresa”, contó el socio fundador.

Marcelo Warnes es biólogo y fundador de Tecnosustrato. Su trabajo estaba ligado a los mamíferos, pero en un momento decidió adentrarse en la microbiología. A lo largo del desarrollo, la empresa alcanzó un producto único, se trata de bioinsumos en formato gel con máximo concentrado.

“Este producto aumenta la carga de carbono y la reproducción de microorganismos, por lo que se potencia lo que ya hay abajo. Se empiezan a hacer interrelaciones o la utilización de nutrientes que están bloqueados en el suelo”, contó Warnes.

Sobre la adopción del productor, el fundador de Tecnosustrato mencionó que tiene cada vez más consultas. Esto se debe a que los productores se preguntan porque deben invertir más para tener los mismos rendimientos.

“Hay nuevas generaciones que están metiéndose en esto y hay de los viejos con una inquietud muy grande por saber qué es lo que va a suceder o cómo va a suceder. En definitiva, el productor se da cuenta de que el único capital que tiene es el suelo”, mencionó.

La mirada es similar en la empresa italiana Hello Natura. Esta compañía tiene 70 años y trabaja con biofertilizantes y bioestimulantes. Sostienen que se trata de microorganismos o plantas que ayudan a aumentar la eficiencia de uso de otros productos.

“La adopción es lenta, pero necesaria. Todavía no encontramos la manera de demostrar seguridad en el uso de los bioinsumos. Muchas veces no dan lo que esperan, porque básicamente el bioinsumo trabaja en el ambiente y el ambiente puede ser desfavorable. Y si es desfavorable para la planta, también para el bioinsumo”, confió Guillermo De Lio, responsable de desarrollo técnico comercial.

En este sentido, contó que en Hello Natura están trabajando en ver cuáles son los puntos intermedios para ir de a poco acostumbrándose a usar otra tecnología. “Si ese paso intermedio no se da, el salto va a ser prácticamente imposible porque al productor que toda la vida usó un producto químico y le funcionó bien”, aseguró.

Otro caso es el de la empresa nacional, Puna Bio que se caracteriza por ser una empresa de biotecnología aplicada al agro con microorganismos que surgen de la puna. Llevan más de 25 años de investigación entre Argentina, Chile y Bolivia.

El CEO y fundador de Puna Bio, Franco Martínez Levis comentó que ofrecen al mercado dos productos: Kunza y Kansama. En este sentido, agregó que el productor está ávido de nuevas tecnologías. “Este año fue obviamente muy complicado por cuestiones económicas, pero no afecta solo a los biológicos. Nosotros vimos crecimiento contra el año pasado. Vemos una perspectiva que a nivel de biológicos cada vez es más dominante”, concluyó.

Por otra parte, el jefe comercial de CompoExpert, Juan Messineo, explicó que la empresa es alemana y que se dedican a la parte de nutrición. En el último tiempo contaron con distintas innovaciones tecnológicas.

“Estamos viendo para adelante cómo va creciendo el sector, ya que cada vez se ven más compañías que van incorporando distintas tecnologías. El productor tiene más conocimiento, pero el clima también va jugando otro papel”, contó.

CompoExpert apuesta a diferentes cultivos, tanto economías regionales como extensivos. “Vemos que el mercado va a seguir creciendo”, añadió.

La empresa BASF también estuvo presente con productos que se lanzaron el año pasado. Se trata de un inoculante sólido para soja.

En este sentido, Sebastián Areu, responsable de marketing de tratamiento de semillas, explicó que el producto tiene múltiples ventajas y beneficios. “Vemos que el productor está ávido de esta tecnología de la parte biológica. Vemos un crecimiento importante, que va más de dos dígitos, de 10 % a 15 % por año”, contó.

La empresa Aminochem es oriunda de Chile y nació para reutilizar residuos de la producción salmonera. El country manager de Aminochem en Argentina, Jorge Alberto Shell, explicó que decidieron implementar un proceso para tomar a los animales muertos, procesarlos y generar fertilizantes.

“En los mercados intensivos, hablemos de fruticultura, vid, en parte también horticultura, la adopción es rápida, porque el productor adopta rápidamente todo este tipo de bioinsumos. En cultivos extensivos lo veo un poco más lento, creo que, por las dificultades climáticas, por un lado, siempre está la incertidumbre si la sequía se va a llevar puesto el cultivo o no, entonces muchas veces el productor duda si aplicar o no una tecnología”, concluyó.