En el marco de un contexto a la baja, Estados Unidos va a una producción todavía mayor a la esperada, con recomposición de stocks. Pero los fondos especulativos estaban muy vendidos y están recomprando, y de manera fuerte en maíz. Las subas se ven limitadas por ventas de EEUU y Brasil, donde todavía hay stocks y la devaluación de sus monedas apuntala ventas. En tanto, los precios en mínimos de cuatro años incentivan a compradores genuinos y ponen en duda el aumento de producción en Sudamérica. Así lo señala en su informe semanal Dante Romano, profesor e investigador del Centro de Agronegocios y Alimentos de la Universidad Austral.
Por otro lado, el informe indica que “se registra viento a favor financiero: el mercado teme un parate de la economía de EEUU, que debería llevar a una baja de tasas de interés, eventualmente devaluando el dólar”. En este contexto, los commodities -incluidos los granos- reciben compras como cobertura ante una posible debilidad del dólar. En ese contracto, fondos financieros comprados en sólo 50 millones de toneladas (maíz, trigo y soja en Chicago) cuando el promedio es 70 y llegaron a más de 100 mill.tt. en contextos complejos, “hacen pensar en que se podría recibir presión alcista”, indica Romano.
En el mercado de trigo la entrada de la cosecha del hemisferio norte llega a su fin, pero Rusia elimina transitoriamente sus aranceles a la exportación, lo que podría extender la presión negativa. De la vereda de enfrente, Egipto aprovecha los precios bajos y licita la compra de más de 3 mill.tt. y hay algunos países como Francia que tienen problemas productivos, explicó el especialista en granos en su informe semanal.
En el plano local, “se observa reticencia a vender de productores y necesidad de compradores”. En soja, la industria necesita que le fijen lo comprado sin precio, y seguir comprando. Al momento tienen márgenes levemente negativos, los que suelen ser peores sobre fin de año.
En maíz, a los exportadores le faltan 3 mill.tt. y otras 7 las tienen, pero sin precio. En tanto, los consumos pagan un plus sobre precios de exportación 10 u$s/tt más altos de lo que se debería pagar. «Esto se debe a que el fracaso productivo del norte dejó amplias zonas sin abastecimiento. Para conseguir forrajes se pagan sobreprecios mayores a los habituales y antes en el tiempo que otros años», apuntó Romano.
En cuanto a la nueva campaña, todavía no se definen planes de siembra. Según Romano, “desconcierta que en el norte la presencia de la Chicharrita sea muy grande (más de 300 animales por trampa). En el noreste algo menor, pero todavía grande. Hacia el centro la presencia es menor pero existe, y del sur de Santa Fe y Córdoba hacia Buenos Aires y La Pampa, no se los ve”.
El especialista explicó que “es posible que en el norte baje fuerte la intención de siembra de maíz, pasando el grueso a soja; en el centro todo dependerá de las lluvias, ya que de haberlas se sembrará mucho temprano, mientras que de ahí al sur no habría cambios significativos”.
Romano finalizó su informe: “Pensar en 1,5 millones de hectáreas menos de maíz y un aumento de 1 millón en soja sería una hipótesis probable, pero todo dependerá de si llueve, qué variedades hay disponibles, y la evolución de los próximos relevamientos”.