El agro, principal sector generador de divisas de la economía argentina, contribuyó a morigerar la enorme caída del Producto Interno Bruto (PIB) registrada en los primeros tres meses de 2024.
La estimación preliminar del PIB de la Argentina en el primer trimestre de 2024 muestra una caída de 5,1% con relación al mismo período del año anterior, según datos oficiales (Indec). Ese decrecimiento se explica fundamentalmente por un derrumbe de la inversión y de las importaciones, además de una caída considerable del consumo interno.
El único contrapeso fue un crecimiento de las exportaciones liderado por el sector agropecuario, cuyo PBI registró un crecimiento interanual del 10,2%, lo que resulta esperable porque un año atrás una sequía histórico liquidó gran parte de la cosecha prevista tanto de granos finos como gruesos. También contribuyeron los sectores de la pesca y la minería (especialmente los desarrollos de litio).
De todas maneras, el PBI del agro argentino en el primer trimestre del año encuentra lejos del máximo logrado en 2022 y tampoco logró superar el nivel registrado en 2019, lo que indica que siguen sin presentarse las condiciones para explorar el potencial productivo del sector.
La mayor parte del crecimiento del PBI del agro se explica por el sector agrícola, porque la actividad ganadera no reflejó datos favorables en el período.
El valor agregado de la ganadería en el primer trimestre de este año cayó un 6,9% y 28,6% respecto del mismo período de 2023 y 2022 respectivamente. El nivel registrado en enero-marzo de 2024 es similar al del primer trimestre de 2020 (pandemia).
De todas maneras, se trata de cifras que pueden resultar engañosas, porque, a causa de a sequía, entre 2022 y 2023 se registró una sobreoferta de hacienda con el propósito de “liberar” campo y generar liquidez inmediata.