La agroindustria promete producir 80 millones de toneladas

El maíz y el sorgo prometen grandes campañas hacia el 203

Desde hace 20 años la Asociación Maíz y Sorgo Argentino (Maizar) reúne, una vez al año, a representantes de instituciones, empresas y de la cadena de valor junto a dirigentes políticos para analizar el futuro de una producción que no es primaria.

En palabras de Federico Zerboni, titular del Congreso anual, «nuestra actividad apunta a la co-creación de valor. Nosotros no producimos bienes primarios. Tampoco solo industrializados. Producimos bienes complejos a partir de la fotosíntesis. Cosechamos la luz del sol y con su resultante vendemos carne, polenta, bioplásticos, combustibles y maíz en cientos de formatos».

Lo escuchaban, entre otros funcionarios de la administración de Javier Milei, el secretarío de Bioeconomía del ministerio de Economía nacional, Fernando Vilella, que tomó nota de los reclamos de los dirigentes del agro y afirmó, «La bioeconomía, sin dudas conforma el complejo más competitivo de la Argentina que busca devolverles la rentabilidad a los productores. En el mejor escenario de precios internacionales, al campo se le sacó la renta con gran creatividad y tres formatos: múltiples regulaciones de mercado interno y externo como fideicomisos, volúmenes de equilibrio, cuotas y restricciones de distinta naturaleza; una brecha cambiaria creciente, con acceso arbitrario a divisas para importación que dependían del humor de funcionarios o de la capacidad de lobby; y los derechos de importación. De las tres pudimos avanzar rápidamente en las dos primeras. Prometemos hacerlo con la tercera cuando las condiciones macro lo permitan».

Desde luego, una vez más, como viene sucediendo desde varias ediciones del Congreso Maizar, las retenciones están al tope de las preocupaciones de los productores.

Paciencia con el gobierno es lo que tienen por estos días en el campo, virtud que se afianza con buenos precios internacionales y mejores perspectivas para los productos argentinos en el mercado externo.

El sorgo nacional tendrá grandes chances de crecer durante la campaña 2024/25 por la alta demanda desde China y condiciones climáticas desfavorables en los Estados Unidos. Los tres principales exportadores mundiales de sorgo son Estados Unidos, Australia y la Argentina. En Norteamérica, el 50% de la superficie destinada a sorgo está atravesando hoy algún grado de sequía.

Los analistas agrícolas indicaron a NA que «la cotización del sorgo siempre acompañó al del maíz, pero en los últimos años hubo momentos en los que el sorgo superaba los precios que se pagabn por el cereal gracias al incremento importador de China».

LEGISLADORES NACIONALES ESTUVIERON PRESENTES EN EL CONGRESO

No sólo se escuchó al secretario Fernando Vilella, como máximo representante del ejecutivo nacional, se aguardó por la presencia de la vicepresidente, Victoria Villarruel pero,finalmente, no participó del encuentro, sino que, también, se escuchó a referentes del ámbito legislativo como el diputado nacional radical, Atilio Benedetti, que afirmó «Este encuentro significa un paso más en el desarrollo del sector agrobioindustrial y una consolidación del diálogo entre distintos sectores políticos que va a permitir resolver, con más facilidad, y comprender, con mayor conocimiento, las leyes que hacen falta para desarrollar la actividad».

El legislador entrerriano coincidió con la apreciación del porteño, Ricardo López Murphy que destacó «el inmenso potencial de la cadena de valor del maíz». Para la legisladora Paula Omodeo (Creo-Tucumán) lo importante es que los legisladores estén cada vez más interesados en lo que sucede en el campo argentino. consideró de «gran importancia acercar al Congreso con la realidad del sector, teniendo de primera mano de los productores la información, lo que permite trabajar en políticas públicas para el desarrollo de la actividad».

Un compromiso que la Fundación Barbecheando viene intentando realizar desde hace tiempo fomentando las relaciones parlamentarias entre dirigentes de distinto signo político para «impulsar las leyes que puedan

Por Antonio Deramo