La chicharrita del maíz es una plaga que llegó para quedarse y además del gran problema que representa el recorte en los rindes para la cosecha de este año, comienza a plantear serios interrogantes para la campaña maicera 2024/25, sobre todo en el caso de los planteos tardíos.
Se trata de un hallazgo agronómico argentino, ya que con el paso de los años se fueron desarrollando híbridos que pueden sembrarse hasta finales de enero y cosecharse en julio y hasta agosto.
Y en los últimos cinco años, fue una modalidad que se consolidó como una estrategia defensiva contra las sequías y otras limitaciones. Pero ahora llegó la chicharrita para incluso sembrar dudas para el próximo ciclo agrícola.
EL MAÍZ Y LA CHICHARRITA
“La situación también plantea incertidumbre para las próximas siembras de maíz tardío y de segunda en la campaña 2024/25”, advirtieron desde la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
La entidad reconoció que tanto productores como agrónomos han planteado dudas sobre la viabilidad a futuro de esta práctica.
No hay que perder de vista que el maíz tardío requiere un fuerte inversión y ante la falta de garantías en relación a esta plaga, el próximo ciclo del cereal podrá verse afectado.
En este sentido, desde la bolsa rosarina sostuvieron que entre los productores existe una gran incertidumbre, ante “la falta de medidas de control o prevención en el mercado para evitar los daños”.
A la hora de buscar una alternativa productiva, consideraron que el sorgo granífero entra en la consideración de los agricultores, aunque enfrenta la dificultad inicial de la escasa disponibilidad de semillas para la venta.
PERDIDAS POR REGIÓN
Al comenzar la campaña, en la región núcleo se esperaban rindes de 85 a 90 qq/ha, pero en la actualidad han caído a un promedio de 60 qq/ha. Además, existe la posibilidad de un desplome mayor con el correr de la cosecha.
El impacto de la plaga varía de acuerdo a la región. En algunas áreas, la BCR reportó perdidas totales, mientras mientras que otras han logrado minimizar los daños al 5%.
Entre las zonas más afectadas se destaca el centro-sur santafesino, que sufrió un 80% de daño. En el caso de localidades como Marcos Juárez fueron del 30%, mientras que en Venado Tuerto y Pergamino, las pérdidas se ubicaron alrededor del 10%, Hasta el momento, contabilizaron unas 560.000 hectáreas afectadas en la región.
Con respecto a la cosecha, el maíz temprano mostró un fuerte avance considerable en su cosecha, aprovechando los días secos recientes. En las dos últimas semanas, se recolectó el 65% del área implantada en la zona núcleo, con rindes que muestran una elevada variabilidad.