Por el retraso de El Niño y los márgenes, el maíz le liberaría más hectáreas a la soja

Con un 18% del maíz temprano sembrado en zona núcleo, la falta de agua y mejora en los márgenes rentables de la soja sobre el cereal ponen un manto de duda en los planteos productivos.

En este contexto, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) remarcó que los pronósticos de corto plazo para la zona no son alentadores. Según la entidad, los productores se preguntan si vale la pena mantener las rotaciones y pasar a maíz tardío o cambiar a soja de primera.

En esta región, la entidad calculó que se sembrarán 1,57 millones de hectáreas de maíz, de las cuales un 90% corresponde a planteos temprano. “La falta de agua amenaza con una caída que puede ser importante sin el auxilio de lluvias en el corto plazo”, señalaron.

A estos factores, se suman los problemas financieros que sufren los productores y la necesidad de hacer caja pensando en marzo del próximo año. De este modo, el poroto es una tentación y es posible que los productores prioricen la rentabilidad por sobre la planificación y las rotaciones.

¿SOJA O MAÍZ?

La foto actual permite ver que la soja de primera continúa ganando terreno sobre los márgenes netos de los principales cultivos y en la campaña 2023/24, desplazó al maíz temprano del primer escalón del podio.

“Esta tendencia se comenzó a ver el mes pasado y no ocurría desde hace más de un año”, ratificaron desde la BCR.

A precios actualizados al 18 de septiembre en campo propio, la soja de primera aventaja al maíz con un margen de U$S 46 por hectárea. El calculo se establece a partir de una ganancia neta por hectárea de U$S 467 contra U$S 421.

En campo alquilado, si bien los dos cultivos tienen márgenes netos negativos, las pérdidas en soja son menores.

EL MAÍZ TARDÍO, EN DESVENTAJA

“Los márgenes del maíz tardío están muy ajustados y la soja de primera, su principal reemplazante, está en clara ventaja”, estimaron los rosarinos. Esto se debe al menor potencial de rinde cuando se compara con el temprano y su menor valor al momento de la cosecha

Los números ratifican esta tendencia. En campo propio, el cereal arroja U$S186 por hectárea, versus U$S 467 en soja de primera

Si el análisis se traslada a campos alquilados, la BCR calculó que los dos cultivos arrojan pérdidas cuando se consideran rindes de 40 qq/ha para la oleaginosa y 85 qq/ha para el maíz. Sin embargo, con la soja las pérdidas son muy inferiores: en este caso, son U$S/ha 167, contra U$S/ha 506 u$s del maíz tardío.

Si la falta de agua obliga a diferir la siembra de maíz a diciembre, los números de la BCR señalan que la soja de primera es una clara competidora y una muy buena opción.

Y concluyeron: “Desde el momento que la sequía es un problema limitante para la siembra, el productor viene tratando de mantener sus barbechos abiertos para tener disponibles todas las opciones hasta último momento”.