Según el último informe de la Guía Estratégica para el Agro, la primera sorpresa es que los rindes son más bajos que los estimados, si bien se tratan de lotes muy afectados, y la segunda es que se adelantó treinta días la cosecha respecto de hace un año.
Malas señales que indican que los 85 qq/ha de promedio estimados para la región, casi 15% menos del rinde 2020/21, tendrán que ser ajustados a la baja. Falta mucho por cosechar, y lo que viene es mejor y hay áreas que han quedado a salvo del gran daño ambiental que sufrió la región, pero los resultados son muy bajos. Esta campaña, a causa del severo estrés termo-hídrico que sufrieron los cuadros tempranos en pleno período crítico, el ciclo se acortó y la cosecha ya revela niveles de daño.
Los primeros rindes recolectados pertenecen al centro norte de la región GEA, él área más afectada por la falta de agua durante todo el ciclo del cereal. En Cañada Rosquín el avance es del 20%, con resultados magros de 30 a 50 qq/ha. Si bien hay lotes mejores los técnicos advierten que la media del área será muy pobre: “si logramos un promedio de 60 qq/ha damos por satisfechos. Respecto al año pasado, la caída es de un 45%”.
Los asesores comentan que continuarán cosechando aun con humedades mayores al límite de comercialización para minimizar las pérdidas por vuelco. En Carcarañá comenzaron por los lotes que estaban más arrebatados por el calor y la falta de agua, y obtuvieron 70 qq/ha, mientras que, en Casilda, lotes con similares, características rindieron apenas 30 qq/ha. En Marcos Juárez aún falta una semana para que se enciendan los motores, y estiman que alcanzarían los 100 qq/ha, lo cual sería un 15% menor que la campaña pasada.
En Carlos Pellegrini esperan similares productividades. Mientras que en Wheelwright y Colón, advierten un panorama muy complejo: “el grueso de los maíces estará en los 30 a 50 qq/ha”. También aclaran que desde Hughes hacia el oeste la situación cambia y mejora. “En Venado Tuerto esperan un cosechón”.