Los datos oficiales descartan que el productor especula con sus granos: ya vendió el 41% de la soja, diez puntos más que el año pasado

“El Campo no especula, simplemente trabaja, siembra, ordeña, cría, engorda, cosecha, básicamente produce”, fue el contundente mensaje a la sociedad que esta semana transmitió la dirigencia de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA).

¿El motivo? Responder a la inquietante acusación que todos los años aparece en la escena económica y política, en relación a que los productores no se desprenden de su cosecha agrícola, como parte de una actitud oportunista en desmedro de un tercero, en este caso el país, ante la necesidad de dólares que provienen de las exportaciones.

La pregunta que también se hicieron desde CRA, fue la siguiente: ¿Cómo podría ser que especule un productor que realiza una inversión productiva con cada cosecha, con cada campaña, que pone en juego su propio capital, que no tiene créditos a tasas de interés razonables que se puedan rubricar con la actividad productiva? “Además tiene que vivir, pagar impuestos, servicios, alimentos, etc”, manifestó la dirigencia de la entidad.

Además, los representantes de CRA aclararon que todavía quedan toneladas por comercializarse que hasta el momento no se han cosechado, de las cuales muchas de ellas se irán en concepto de retenciones, otras para pagar impuestos nacionales, provinciales y municipales, y con el resto el productor tiene que abonar los gastos de comercialización, y los costos directos para afrontar la próxima campaña.

“No hay especulación cuando muchos productores obtendrán márgenes negativos en muchas zonas o levemente positivos en el mejor de los casos, resultados, a partir de los cuales su capacidad de decisión queda nula, frente a la necesidad de tener que vender una mayor cantidad de los bienes que produjo para poder comprar la misma cantidad de insumos y gastos habituales”, dijeron desde CRA.

Y para despejar dudas sobre el nivel de ventas de los productores en pleno desarrollo de la cosecha de cultivos de verano, como soja y maíz, el equipo de Fyo elaboró un informe a pedido de Infobae, donde con datos oficiales se llegó a la conclusión que creció el nivel de comercialización por parte de los productores, en relación a la campaña anterior.

Durante la semana que finalizó el pasado 22 de abril, los productores vendieron 1.020.000 toneladas de soja. Con la cosecha, el volumen creció firmemente respecto de lo registrado en las semanas previas, donde también los negocios a precio también se vieron incrementados.

Y con una proyección de cosecha total de soja que se ubica en 49.500.000 toneladas, hasta el momento se lleva comercializado un 41% de la misma, que equivale a 20.300.000 toneladas, contra el 31% del año anterior.

“El ritmo de comercialización entre el productor, la exportación y la industria se mantiene por encima del nivel de campañas anteriores y se espera que con la llegada de la cosecha se mantenga un elevado volumen de negocios.”, manifestaron desde Fyo.

A su vez, Sebastián Senesi, Director de la Maestría de Agronegocios de la Facultad de Agronomía de la UBA (Fauba), recordó que el principal producto de exportación del complejo sojero es la harina de soja y no el grano, como sucede en Brasil y Estados Unidos. Y en ese sentido, durante el primer trimestre de este año se exportó prácticamente la misma cantidad en volumen y valor en dólar nominal, a pesar del impacto del coronavirus y la caída de los precios. Los precios para los embarques de mayo si sufren una baja interanual del orden entre el 5 al 25% depende el tipo de producto. Es decir, el sistema agroindustrial de la soja argentina tiene un solo enemigo que es la baja en la demanda mundial de poroto, aceite y harina de soja, como producto del coronavirus.

Por su parte, el consultor Néstor Roulet, expresó en su último estudio: “El patrón de venta de la producción es muy similar en todos los años: un 50 % entre abril y junio para pagar los gastos directos y gastos de insumos de la actual campaña, un 20 % entre julio y agosto que generalmente va al pago de alquileres, un 20 % entre setiembre y diciembre para afrontar los gastos directos de implantación de la nueva campaña y deja un 10 % para futuros gastos”.

Y agregó: “La Industria tiene menos mercadería disponible mediante la modalidad compras a fijar (comparada con el año pasado son alrededor de 2 millones de toneladas), esto es por la desconfianza de los productores de entregar la mercadería en estas condiciones y que potenció la práctica de guardar los granos en los silobolsas”.

Maíz y Trigo

Según el informe de Fyo, en base a datos oficiales, hasta el 22 de abril se comercializaron 22.900.000 toneladas de maíz de la campaña 2019/2020, representando un 46% de la producción, y donde las compras a precio representan el 34% de la producción, significando unas 17.100.000 toneladas.

“El ritmo de comercialización se mantiene adelantado respecto a años anteriores, aunque recortando diferencias. (46% vs 34% año anterior)”, comentaron los especialistas.

En lo que respecta al trigo, la campaña actual se encuentra comercializada en un 93%, alcanzando las 17.400.000 toneladas. Donde los negocios a precio sumaron 15.900.000 toneladas, que representan el 85% de la producción. El saldo por comercializar sería de 3 millones de toneladas, teniendo en cuenta stocks de campañas previas.

En la semana que finalizó el pasado 22 de abril se vendieron 156.000 toneladas. Además, la exportación ya compró una cifra récord de 14.800.000 toneladas

Productores: Toma de decisiones

Para los dirigentes de Confederaciones Rurales Argentinas “una amplia serie de elementos se combinan para determinar la decisión de los productores de recurrir a los silobolsas como método de reserva estratégica”, manifestaron, y agregaron: “las dificultades de logística fruto del cuadro de pandemia, caminos rurales cerrados o intransitables si el clima no acompaña, los puertos sin cupos por problemas de profundidad o falta de buques, los precios internacionales planchados, entre otras variables. Y cuando se cuantifica la capacidad de juego potencial del productor queda en evidencia que la misma es menor al 7% de lo que produce y que todavía le falta sacar lo que requiere para vivir”.

Y en respuesta a lo que se plantea que el productor acopia en silobolsas el resultado de la cosecha a la espera de un mejor tipo de cambio, el comunicado de CRA, advierte: “No hay especulación por parte de los productores. Alguien que entierra insumos en dólares, para cosechar a un valor de pizarra real muy por debajo del que invirtió, y lo hace sin acceso a créditos, sin ayuda estatal y hasta sin mecanismos de amortiguación en caso de pérdidas económicas. Su capacidad de resiliencia depende pura y exclusivamente de él, ya que el Estado es el eterno ausente, que supone que especula”.

Fuente: Infobae